El cloranfenicol consiste en un antibiótico que se obtuvo de
una bacteria del suelo, la Streptomyces venezuelae.
Este antibiótico fue aislado por vez primera en el año 1.947
en una muestra de tierra obtenida en Venezuela.
El cloranfenicol tiene un color blanco y cristalino, neutro,
de sabor muy amargo.
Para evitar su desagradable sabor se utiliza una técnica de
esterificación con ácido palmítico, así se consigue palmitato de cloranfenicol,
sustancia insípida que mantiene la eficacia terapéutica del cloranfenicol.
Este fármaco se mantiene estable en soluciones neutras y
ácidas.
El cloranfenicol es soluble en el agua moderadamente, aunque
se disuelve mejor en alcohol o éter.
Dicho fármaco al ser administrado se distribuye en casi
todos los tejidos y líquidos del organismo, incluyendo el líquido
cefalorraquídeo, riñones e hígado.
En 1.947 se utilizó este fármaco para tratar un tifus
endémico en Bolivia dando unos estupendos resultados.
En el año 1.950, se descubrió que el cloranfenicol puede ocasionar
discrasias sanguíneas graves y letales.
La discracia sanguínea, consiste en una enfermedad de la
médula ósea que puede afectar también tanto al hígado como al bajo o ambos.
Sus síntomas son problemas de sangrado por problemas con las
plaquetas, debilidad en el color de la piel por problemas con los glóbulos
rojos o infecciones frecuentes por problemas con los glóbulos blancos.
Este fármaco es térmicamente estable y efectivo
especialmente ante los estafilococos.
A pesar de ser un fármaco muy efectivo, a causa de sus
efectos secundarios (daña la médula ósea), se reserva para pacientes con
infecciones graves de meningitis, tifus, fiebre tifoidea y fiebre de las
montañas rocosas.
La OMS recomienda su uso en países del tercer mundo, a pesar
de sus efectos secundarios, ante la ausencia de tratamientos de menor coste.
El cloranfenicol también es utilizado en forma de solución
oftalmológica, utilizándose para el tratamiento de infecciones oculares como la
conjuntivitis, queratitis no herpética, iritis…
Los efectos secundarios de este medicamento puedes ser de
tipos diversos:
Hemáticos; provocando anemia aplástica, anemia hipoplástica,
granulocitopenia y trombocitopenia.
Del sistema nervioso central; pudiendo producir cefalea,
depresión leve, confusión, delirion, neuropatía periférica.
Gastrointestinales; náuseas, vómitos, diarrea, estomatitis.
Problemas dérmicos; comezón, edema angioneurótico.
También puede provocar el síndrome del niño gris que lo
genera una dosificación excesiva y se manifiesta entre los dos y mueves días de
tratamiento, provocando vómito, taquipnea, distensión abdominal, cianosis.
La peor reacción que provoca el cloranfenicol es la depresión de la médula ósea, su peor
efecto y el más peligroso, lo cual puede llevar al paciente a sufrir una anemia
aplástica lo cual es irreversible.
Este artículo está basado en el post de la Wikipedia “Cloranfenicol”
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