Como para eliminar a nuestros
semejantes no nos basta con los puños, ni nos conformamos con palos y piedras,
se inventaron los cuchillos, espadas y similares, como para lograr eliminar a
nuestro contrincante con afiladas hojas de acero hacía falta una cierta
destreza y fuerza, se inventaron las balas para poder elimininar con facilidad
a quien nos moleste, mas tarde se inventaron las armas de eliminación,
indiscriminadas y masivas como cañones, bombas, misiles nucleares, etc., pero
con ello tampoco basto, era necesario inventar algo que destruyera masivamente
a las personas pero que el destructor se pudiera apoderar de las pertenencias
del destruido en perfecto estado de conservación, aquí nos aparecen las armas
biológicas.
Las armas bacteriológicas, también
conocidas como bioarmas o armas
biológicas, son una manera más que poseen los gobiernos y los terroristas de
causar daño al pueblo que los alimenta o a un pueblo considerado “enemigo”, así
como un estupendo negocio para las farmacéuticas, las cuales nos venderían el
patógeno y de paso la medicación para los sobrevivientes, buen negocio, primero
enferman y cobran, después curan y vuelven a cobrar.
Es considerada arma bacteriológica
cualquier patógeno que usado como arma de guerra pueda causar enfermedades,
tanto si se trata de un virus, una bacteria o cualquier otro organismo.
Se consideran armas químicas a
todas esas armas que no contienen seres vivos, incluso si las toxinas
contenidas en estas armas son producidas por seres vivos.
Hemos mencionado varios términos
que los que no estamos muy puestos en temas químicos probablemente no tengamos
muy claros, por lo cual a continuación hare una breve definición de términos
como bacterias, virus y toxinas.
Bacterias: las bacterias son unos bichitos microscópicos que se
reproducen por división celular, fáciles de cultivar en laboratorio, las
enfermedades producidas por las bacterias generalmente se sanan con la ingesta
de ciertos antibióticos.
Virus: los virus necesitan de un ser vivo para poder reproducirse,
puesto al ser una especie de parásitos se alimentan del ser que habitan, puesto
que estos son solo información genética, generalmente no pueden eliminarse con
antibióticos, solo en ocasiones las drogas antivirales son efectivas.
También hemos de saber de la existencia
de las quimeras que consisten en
virus recombinados que adquieren las características propias y de varios virus
antecesores.
Toxinas: son sustancias venenosas, las cuales pueden ser
extraídas de plantas, animales e incluso de microorganismos vivos, pudiendo
fabricarse o alterarse por medio de alteraciones químicas, su tratamiento se ha
de realizar con antitoxinas específicas o drogas muy específicas.
La misión de todos estos bichitos
destructivos es la de causar daño a las personas, desde la incapacitación de
las personas hasta llegar incluso a la muerte.
Estos bichitos también pueden dañar
animales o los alimentos de los cuales nos alimentamos, una forma de matar, sin
destruir lo que poseía el difunto.
Existen agentes biológicos
difíciles de cultivar y mantener, algunos se descomponen rápidamente por la luz
solar o cualquier otro elemento del medio ambiente.
También existen otros agentes, como
las esporas de Bacillus antharacis, las cuales poseen una vida larga, pueden
dispersarse en el aire, administrarlos en la alimentación de los animales,
contaminando otros alimentos o el agua, para que posteriormente dañen a las
personas.
El método de la dispersión de este
tipo de armas estándar es ser lanzados desde aviones, bombas o misiles,
causando su inhalación enfermedades a animales y personas.
Se conoce con agro-terrorismo la
propagación de este tipo de armas infectando pulgas, ratas, moscas y mosquitos,
estos infectaran al ganado y el ganado a las personas.
Otra forma de extender estos
elementos patógenos es a través de la contaminación del agua y los alimentos,
la forma de evitar por parte de los humanos el contagio de estos bichitos es
cocinando los alimentos e hirviendo el agua.
Curiosamente la guerra química no
la invento un científico loco, ni tan solo una farmacéutica ávida de aumentar
su cuenta de resultados, realmente fueron los cazadores quemando ramas verdes y
húmedas, para con su humo hacer salir de sus escondites a los animales y así
poder cazarlos con mayor facilidad.
Viendo el hombre que esto era útil
con los animales, comenzó a utilizar el sistema contra sus enemigos, además fue
mejorando el sistema añadiendo sustancias tales como resinas o grasas animales
para hacer más tóxico el humo.
Cuando estos gases empezaron a ser
realmente dañinos, fue cuando se añadió a la combustión polvo de azufre, el
cual al quemarse se convertía en óxido sulfúrico, dañando las vías
respiratorias de sus víctimas, aunque quien realmente decidía quien sería la
víctima, era la dirección del viento.
Los chinos afirman que ya en el
siglo II antes de Cristo provocaban ceguera en sus enemigos soplando nubes de
pimienta en polvo, también afirman que fueron los primeros en lanzar los vasos
fétidos, los cuales eran unos globos de terracota que al romperse soltaban
gases irritantes.
La primera referencia documentada
se remonta al año 431 antes de Cristo, donde se utilizaron sustancias
irrespirables en la Guerra del Peloponeso entre Esparta y Atenas.
En el siglo IV antes de Cristo,
Eneas, un conocido estratega griego escribió la fórmula para la preparación de
mezclas incendiarias.
En el año 332 antes de Cristo, el
historiador de Alejandro Magno, Arriano nos cuenta que durante el asedio de la
ciudad fenicia de Tiro, los fenicios utilizaron en varias ocasiones azufre para
defender sus murallas.
En el año 189 antes de Cristo
mientras era asediada la ciudad corintia de Ambracia, donde los sitiadores
excavaron una galería para entrar por la retaguardia por debajo de las
murallas, con la casualidad de que los moradores de la ciudad habían tenido la
misma idea y sus túneles se encontraron, desarrollando en ellos un gran
combate.
Los sitiados tuvieron la feliz idea
de llenar un recipiente de terracota con plumas perdiéndole fuego, de dicho
recipiente salieron unos humos irrespirables obligando la retirada de los
romanos.
Año 81 antes de Cristo, Plutarco
nos cuenta que cuando España luchaba contra la actual Guadalajara, un cónsul
romano ordeno preparar un cordón de tierra fina, cal viva, y azufre, después
este cordón fue movido por caballos al galope y el viento empujo la nube toxica
creada, obligando a la rendición de los enemigos medio ciegos y con graves
ataques de tos.
En el año 90 después de Cristo,
Sexto Julio Frontino nos menciona en sus libros la introducción de abejas en
túneles, el lanzamiento de recipientes a naves enemigas llenos de serpientes
venenosas, soltar fieras hambrientas en sitios sitiados, el lanzamiento de
carroña en descomposición dentro de murallas…
En el siglo III después de Cristo,
Sexto Junio Africano nos conto que los ejercitos empleaban en la guerra para
intoxicar el aire azufre, nitratos, sulfuro de antimonio y asfalto, mientras
que en los pozos de agua introducían vitriolo verde.
Los griegos también desarrollaron
sus armas químicas agregando arsénico y petróleo, produciendo de esta forma una
mayor duración del fuego así como una mayor cantidad de humo tóxico.
Durante el primer milenio, el arma
más eficaz fue el fuego griego, compuesto por petróleo, azufre, cal viva y
salitre.
La forma de utilizar este fuego
griego era llenando recipientes de terracota de esta mezcla, encenderlos y
lanzarlos contra sus enemigos, otra forma era impregnar estopa con esta mezcla,
colocarla en flechas, encenderlas y lanzarlas contra el enemigo, también
utilizaban la técnica de robar caballos al enemigo, cargarlos con esta mezcla,
prenderles fuego y soltarlos, regresando estos despavoridos a su hogar.
A finales del primer milenio, los
árabes conocieron el secreto del fuego griego, dedicando a sus alquimistas a
variar la fórmula para aumentar su poder destructivo.
Con esos estudios agregaron esencia
de trementina, alcanfor, óxido arsenioso y ácido nítrico.
Hassan El Rammah, alquimista árabe
en el año 1.275 escribió el “Tratado sobre la Guerra” describiendo los efectos
de la combustión del opio y el arsénico.
Durante los siglos XV y XVI los
alquimistas alemanes desarrollaron diversas formulas más dañinas para
utilizarlas contra los turcos e infieles.
En el año 1.492, en la guerra de la
Serenísima contra el Duque de Ferrara, fueron utilizadas unas bombardas
inventadas por Alvise de Venecia, donde se lanzaban unas bolas de metal, que al
llegar explotaban y soltaban unos gases tóxicos que mataban a los presentes.
En el año 1.701 Carlos XII de
Suecia, durante la guerra contra los sajones utilizó una idea de G. W. Leibniz,
filósofo y matemático alemán, que consistía en utilizar gases arsenicales para
producir humos irritantes y densos para crear cortinas de humo para maniobrar
con su ejército sin ser visto por el enemigo.
En el año 1.899 en la Conferencia
de la Haya, veinticinco países se comprometen a la no utilización de proyectiles que contengan gases
asfixiantes o venenosos.
En la guerra ruso-japonesa los
japoneses lanzaron granadas conteniendo gases venenosos, por lo cual se renovó el
18 de octubre de 1.907 en la Segunda Convención de la Haya la prohibición de
armas químicas, así como su uso en los aviones de guerra.
1.914-1.918, durante la Primera
Guerra Mundial se utilizaron gases asfixiantes (cloro, bromo,
perclorometilmercaptano, cloruro de carbonillo, ésteres cainifórmmicos, etc.) y
también gases vesicantes (fenicloroarsina, di, sulfuro, etilbromoarsina,
etildicloroarsina, etc), también gases lacrimógenos (bromoacetona,
cloroacetona…) y gases invalidantes (acroleína, ácido cianhídrico, bromuro de
cianógeno, bromoacetato de etilo, etc.).
1.925 el Protocolo de Ginebra
prohíbe el uso de armas químicas y biológicas en la guerra.
Entre los años 1.932 y 1.945 son
empleadas armas químicas y biológicas en Etiopia, los ingleses diseminan el
Bacillus Anthracis en la isla de Gruinard, la cual aún permanece contaminada.
1.936 es descubierto el gas
neurotóxico tabún en Alemania.
1.937-1.945 Tanto en la Segunda
Guerra Chino-Japonesa, la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Imperial Japonés
y el escuadron 731 se realizaron experimentos letales contra humanos, el uso de
armas biológicas contra China, es utilizado el gas vesicante mostaza, los gases
invalidantes difenilcloroarsina y difenilcianoarsina.
Año 1.943, son lanzadas bombas de
fosforo blanco u otros materiales incendiarios son lanzadas por los aliados
sobre Alemania.
El año 1.944 desarrollan un arma
bacteriológica capaz de matar personas pero sin dañar los edificios.
Año 1.952 Radio Corea anuncia el
uso de armas bacteriológicas por parte del ejército americano, fuentes
oficiales desmintieron la noticia.
1.964 en la Guerra de Vietnam
militares americanos admiten el uso de defoliantes como los agentes naranja,
púrpura, blanco y azul.
1.972 Más de 100 países firman la
Convención de Armas Biológicas, mientras USA y URSS firman el Tratado sobre
Misiles Antibalísticos.
1.979 La liberación accidental en
la URSS de esporas de B. anthracis provoca la muerte por carbunco a por lo
menos 68 personas.
Año 1.980, oficialmente se
considera la viruela erradicada.
Año 1.991, la ONU ordena la
destrucción de toda su tecnología y armamento biológico.
1.993 en la Convención de Armas
Químicas se acuerda la destrucción de las reservas de agentes químicos de la
URSS.
1.994, seguidores de la secta
religiosa Aum Shinrikyo liberan gas Sarín en el metro de Tokio.
Entre los componentes de estas
armas destacaremos los siguientes bichitos:
Bacilus anthracis causa el ántrax o
escorbuto, para el tratamiento existe la vacunación y los antibióticos.
Clostridium botulinum, sus toxinas
generan el botulismo, su avance solo se puede evitar con su antitoxina.
Yersinia pestis, genera la peste
bubónica, la cual se puede tratar con la vacunación y antibióticos.
Virus Ébola, este virus genera
fiebres hemorrágicas contagiosas y letales, aun no se conoce tratamiento
alguno.
Esta visto, los estados tienen la
misión de cuidar el pueblo que los alimenta, buscan herramientas para destruir
al pueblo enemigo, firman tratados llenos de buena fe, tan buena fe que después
pocos respetan…
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