Según el Génesis los Nephilim (o
Nefilim), son hijos de Dios, para otras tradiciones son el mestizaje entre
ángeles caídos y humanos, para otras son simplemente gigantes sin relación
alguna con los hijos de Dios.
Los arameos utilizaban el término
Nephila, para nombrar la constelación de Orión, puesto que esta se parece a un
guerrero gigante.
Los Nephilim, también eran
conocidos como Ángeles falsos, puesto que no eran considerados ángeles de
sangre pura.
Con el pasar del tiempo, los hombres
comenzaron a multiplicarse sobre la Tierra, al ver los hijos de Dios que las
mujeres de los hombres eran hermosas, estos se quedaron para ellos las que les
gustaron.
Los Nephilim, se encontraban en la
tierra, antes de unirse los hijos de Dios
a las hijas de los hombres, y también estaban, después de que estas
mujeres de los hombres tuviesen descendencia de los hijos de Dios.
Tanto la religión judía, como la
cristiana rechazan que los Nephilim sean el fruto de la unión sexual entre
ángeles y hombres, puesto que los ángeles no tienen sexo.
Según el Libro de Enoc (biblia
etíope), el diluvio universal y la destrucción de la humanidad fue provocada
por los Nephilim, los cuales no poseen espíritu por lo cual no puedian
resucitar.
Según otras versiones la
descendencia de los ángeles caídos y las hijas de Caín, fue la que creó la raza
de los Nephilim, para sabotear los planes de Dios, contaminando la raza de
Adán.
El libro de los Números nos cuenta
que cuando Moisés envió sus espías a las tierras de Canaán, los espías
regresaron informando que en esas tierras había gigantes.
En el Deuteronomio también se nos
cuenta, que los emitas era un pueblo grande y numeroso, alto como los hijos de
Anac.
Siendo tenidos por gigantes los
hijos de Anac y los moabitas los llamaban eremitas.
El Ecesiástico también nos cuenta
que David mató a un gigante, lanzando una piedra con su honda liberando a su
pueblo.
El Baruc nos habla también del
nacimiento de unos gigantes de los primeros tiempos, con una gran altura y
expertos en el arte de la guerra, los cuales desaparecieron por su insensatez.
El Libro de la Sabiduría, también
nos cuenta como murieron unos orgullosos gigantes y la esperanza del mundo se
refugió en un barco, el Arca de Noé, que dejaría una nueva semilla a la
humanidad.
La Biblia también nos compara los
habitantes de Canaan, con los de Néfilim donde nos cuenta que los anaquitas y
los eremitas pertenecen a la raza Nephilim.
Según cuenta el Midrash, los
anaquitas tenían cadenas en el cuello.
También se cuenta que cuando Yaveh
(Dios), entrega la tierra de Moab a los hijos de Lot, les cuenta que esas
tierras han sido habitadas por los eremitas, pueblo grande y numeroso, tan
corpulento como los anaquitas.
En el judaísmo Trifón niega que los
ángeles puedan caerse.
Shimon bar Yojaim, que fue rabino,
maldecía a todos los que afirmaban que los hijos de Dios eran ángeles.
Tanto Rashi, como Majmánides,
mantienen la visión judía tradicional de que los Nephilim, antes y después del
diluvio, fueron simplemente hombres.
En cambio, según la Enciclopedia
Judaica castellana, el término Néfilim (Nephilim) se define como ángeles
caídos, gigantes que provenían de los hijos de Dios y de las mujeres
terrestres.
El Talmut afirma que el termino
nefilim, viene del termino nafal (caer).
La Enciclopedia Judaica, también
nos dice que los ángeles son los Hijos de Dios.
El Pentauteco afirma, que los
ángeles son restos de historias de una época politeísta.
El Libro del Enoc, cuando nos habla
de los Grigori, padres de los Nephilim, los describe como ángeles.
Tanto Filón de Alejandría, como
Flavio Josefo, creen que Dios provoco el diluvio universal para deshacerse de
los Nephilim.
Agustin de Hipona, en su libro “La
Ciudad de Dios”, nos cuenta lo que desde entonces defiende la Iglesia Católica,
que los hijos de Dios solo son los descendientes de Set, llamados así por amar
a Dios, mientras que los que se unieron a los gigantes (demonios), se deben
llamar ángeles caídos.
Los mormones mantienen que los
hijos de Dios fueron humanos, estos eran los hijos de Noé, y que las hijas de
los hijos de Dios se unieron a los hijos de los hombres, así llamados por haber
rechazado a Dios y no escucharlo.
De estas uniones nacieron los
Nephilm que no eran gigantes, si no hombres poderosos.
Los Testigos de Jehová afirman, que
los Nephilim si eran gigantes y violentos, nacidos de las relaciones entre los ángeles
rebeldes y las hijas de los hombres.
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