sábado, 28 de noviembre de 2015

Religión atlante


Para entrar un poco en materia, tendremos que suponer que “la Atlántida” existió, puesto que si la Atlántida no existió, difícilmente pudo existir su religión.

Según Richard Freund, profesor de la Universidad de Hartford (EEUU), afirma que la Atlántida podría encontrarse en Doñana (España), a causa de un tsunami que la empujó hasta ese lugar.

Entre los años 2.009 y 2.010, fue investigada la zona, con una mezcla de cartografia digital y radar de profundidad, donde fueron encontradas estructuras similares a las descritas en los “Diálogos” de Platón.

Platón, nos cuenta que la Atlántida, estaba rodeada por el océano Atlántico por todos sus lados, siendo sus habitantes, mucho más adelantados científicamente que el resto de culturas.

El cataclismo, que provoco el hundimiento de la Atlántida, evito una colonización de otros pueblos por parte de los atlantes, que ya había comenzado.

Los supervivientes de la Atlántida, tuvieron que ser cautelosos con sus conocimientos y no difundir sus creencias religiosas, ni sus conocimientos científicos, entre el resto de humanos, ya que estos conocimientos y creencias, no encajaban con las de los demás pueblos.

El conocimiento secreto, de la desaparecida Atlántida, es conocido como “sobre-arqueado.”

El secreto de los Misterios de los atlantes, eran guardados herméticamente, exigiendo rigurosas iniciaciones, a quienes eran invitados a participar de ellos.

Los atlantes, opinaban que era mejor matar a un traidor, que perecer todos en alguna emboscada.

Thales, Pitágoras y Platón, recopilaron todos los datos que pudieron encontrar sobre la Atlántida, posteriormente Francis Bacon, volvió a intentarlo.

Bacon que tuvo acceso a la “Biblioteca del Papa,” lugar donde pudo acceder a muy antiguos documentos, intento resucitar los Misterios de los atlantes, considerándose a Bacon y Pitágoras, las dos figuras más importantes de la “masonería.”

Platón, fue el primero en hablarnos de la religión atlante, la cual parece estar relacionada con los egipcios, aztecas y cataros.

El cristianismo y el judaísmo, parecen estar basados en una adaptación de la religión atlante, la cual fue una religión monoteísta, cuyo dios era el Sol.

El Jardín del Edén, de donde fuimos expulsados, por una espada encendida, podría ser un lugar terrenal, situado entre los Pilares de Hércules, que fue destruido por el efecto de los volcanes.

La leyenda del Diluvio, podría ser el hundimiento de la Antártida, cubriendo sus tierras de agua.

El culto al Sol, está presente tanto en el ritualismo, como el ceremonialismo, tanto en la cristiandad como en el paganismo.

Tanto la cruz, como la serpiente, fueron emblemas atlantes, que representaban la sabiduría divina.

Algunos chamanes de los indios americanos, cuentan que hombres vestidos con plumas de pájaros, surgieron de las aguas, instruyéndolos en las artes y la artesanía.

Una leyenda de los caldeos, nos habla de Oannes, un ser con parte anfibia que surgió del mar, enseñando a los pueblos a leer y escribir, a cultivar la tierra, el uso de hierbas para curar, estudiar las estrellas, formar gobiernos racionales e incluso formarlos en los sagrados misterios.

Los mayas nos hablan de Quetzalcoatl, un dios salvador, que surgió de las aguas para instruirlos, regresando posteriormente al mar, en una balsa mágica de serpientes, escapando de la ira de Tezcatlipoca.

Algunos, afirman que todos estos dioses podrían ser atlantes, que donde aparecían contraían pirámides y templos, basados en la Ciudad de las Puertas Doradas, así se podrían explicar los orígenes de las pirámides de Egipto, México y Centroamérica, también podrían explicarse los montículos de Normandía y Bretaña.

Al parecer, dentro de la luz solar, se esconde un extraño poder secreto, el cual utilizado por los iniciados, les permitía realizar los milagros más sorprendentes.

También Platón, en “Critias,” nos describió un valioso metal, que no era una aleación, puesto que se extraía directamente de diversos lugares de la isla,  que era utilizado en la Atlántida, el orichalcum (palabra derivada del griego que significa “cobre de montaña”), también se cree que era una aleación de zinc, carbón y cobre, otros arqueólogos afirman, que simplemente era ámbar.

Platón, nos contó que el orichalcum era usado, para rendir culto a los dioses de la antigua Grecia, para fabricar monedas en el siglo VI antes de Cristo, así como también para cubrir el templo de Poseidón.

Cerca del golfo de Gela (Sicilia), fue hallado un barco hundido hace 2.600 años, donde se encontraron 39 lingotes, los cuales se cree que son de orichalcum, una vez estos analizados, su composición era de cobre, zinc, níquel, plomo y hierro.

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