En alguna ocasión os he publicado
alguna receta similar, pero calentando la calabaza al horno, introduciendo el
huevo en el agujero de las semillas de la calabaza, pero como es muy difícil
conseguir que la yema quede líquida y la clara cuajada (además frito en aceite
para mi paladar está más rico el huevo), en esta ocasión he optado por freír
los huevos en una sartén con la ayuda de un molde de emplatar para que queden
bien redonditos, como podéis observar en la foto.
Ingredientes (2 personas):
2 rodajas de calabaza violín cocida
4 huevos
Aceite de oliva
Sal
Preparación:
Cortamos dos rodajas de calabaza
cocida de un dedo de grosor o algo más y le quitamos las semillas (si las
tiene).
Colocamos papel de hornear sobre
una plancha eléctrica de las que se doblan y colocamos las rodajas de calabaza,
bien sazonadas (recordar que la calabaza es dulzona), las tapamos con otro
papel de hornear y cerramos la plancha.
Cuando las calabaza este caliente
y comiencen a marcarse las marcas de la plancha, comenzamos a freír los huevos
en una sartén.
Aceitamos el molde de emplatar y
lo introducimos en la sartén con el aceite caliente, a fuego medio bajo.
Cascamos en el interior del molde
dos huevos, sazonamos y freímos los huevos.
Reservamos y repetimos la
operación con los otros dos huevos.
Solo nos resta colocar las
rodajas de calabaza en dos platos y colocar sobre ellas los huevos fritos.
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