Aunque parezca una novela inédita
de Julio Verne, el tema del ascensor espacial lleva muchos años rodando en la
cabeza de varios científicos, hasta el punto que existen proyectos actualmente
en marcha pensando en construir dicho ascensor.
La idea básica de este ascensor
seria conectar la superficie del planeta con el espacio.
Básicamente este ascensor
consistiría en una estación espacial situada en la órbita geosincrona.
La órbita geosincrona consiste en
una órbita geocéntrica que rota en el mismo periodo orbital que la Tierra.
Las órbitas geosincronas existen
alrededor de todas las lunas, planetas, estrellas e incluso agujeros negros.
Si la órbita geosincrona es
circular y ecuatorial seria una órbita geoestacionaria manteniendo su posición
relativa a la Tierra estable.
Esta orbita estaría situada a unos
42.164 kilómetros partiendo desde el centro de la Tierra, lo cual significa que
estaría a unos 35.790 kilómetros sobre el nivel del mar.
En un principio sería necesario
fijar un cable, probablemente con forma de riel en el punto más factible del
Ecuador terrestre, en el otro extremo del cable se colocaría un contrapeso para
mantener el cable en equilibrio.
Una vez instalado este cable,
podrían subir y bajar cargas y naves por él a un coste cien veces inferior que
cuesta enviarlas con un cohete.
En el año 1.895 el físico ruso
Konstantin Tsiolkovsky ya pensaba en la idea de construir una torre de 35.786
kilómetros de altura.
La idea de construir la torre de
Tsiolkovsky pronto cayó en el olvido, puesto que no existía un material capaz
de soportar un peso de 40.000 kilómetros de altura.
También se cuenta que Nikola Tesla
también ideo una torre similar, pero no hay detalles sobre ella.
Esta torre debería tener una altura
de 5 veces y media el radio de la Tierra, lo que nos da la medida anterior.
En 31 de julio de 1.960, en el
diario Pravda, en ingeniero ruso, Yuri Nikolaévich Artsutanov ya formuló esta
idea en su artículo “Al espacio con una locomotora eléctrica”, aunque reconocía
que por esas épocas no existía un material suficientemente resistente para
fabricar el cable.
También en el año 1.966 un artículo
publicado por la revista Science, escrito por un grupo de oceanógrafos
norteamericanos, dirigidos por John Isaacs, también desarrollaban la idea del
cable.
En el año 1.975, la idea del
ascensor espacial empieza a tomar forma de la mano de Jerome Pearson,
investigador del laboratorio de investigación de la fuerza aérea, introduciendo
la idea de utilizar un cable de sección variable.
Año 1.979, Arthur C. Clarke,
escritor de ciencia ficción publica su novela “Las fuentes del paraíso” donde
el protagonista de su obra es este ascensor espacial.
También en el mismo año, 1.979,
Charles Sheffield publica su obra de ciencia ficción de temática similar “La
telaraña entre los mundos”.
Sheffield proponía construir el
ascensor en el espacio para lanzarlo sobre la tierra, clavándolo como una
jabalina.
Año 1.991 se descubren los de
nanotubos de carbono, con los cuales
sería posible fabricar cables o cintas que serian capaces de soportar el
esfuerzo de nuestro hipotético ascensor.
Bradley C. Edwards, ingeniero de la
Nasa, presidente y fundador de Carbon Designs Inc, en el año 2.005, afirmo en
una entrevista con Space.com que ha elaborado un proyecto que estudia la Nasa en
el cual se asegura que es posible su construcción con la tecnología actual en
20 años y con un coste 10 veces inferior a la Estación Espacial Internacional.
La idea de Edwards consiste en
extender un cable entre los dos puntos e ir reforzándolo paulatinamente.
Según la idea de Edwards el cable
seria una cinta de nanotubos de carbono de unos pocos nanómetros de grosor, una
vez colocada en la órbita geosincrona se bajaría a la Tierra con la ayuda de un
peso, como peso serviría la misma nave que subió la cinta.
La punta de la cinta que regresara
a la Tierra seria instalada en una plataforma flotante en el ecuador terrestre.
Esta cinta sería capaz de permitir
el ascenso de un vehículo eléctrico de un centenar de kilos.
Una vez realizado esto, se
utilizaría la cinta para unir más cintas y reforzar el cable para reforzarla,
con ayuda de un vehículo eléctrico, hasta alcanzar la capacidad de carga
deseada.
En noviembre del año 2.009 se
desarrollo un concurso apoyado por la Nasa para desarrollar un ascensor
espacial, basado en la ciencia y en la literatura fantástica.
La maquina ganadora, desarrollada
en Seattle (Estados Unidos) consiguió subir 899 metros por un cable sujeto a un
helicóptero, siendo impulsada por células voltaicas alimentadas por un laser
situado en tierra, la maquina cubrió esa distancia en 3 minutos y 48 segundos.
Año 2.050, la empresa japonesa Obayashi
prepara una estructura de 36.000 kilómetros para subir material y astronautas
al espacio en 7 días.
La directora del proyecto Satomi
Katsuyama, reconoce que aun restan problemas por solucionar, pero que en el año
2.050 el ascensor podría estar listo y funcionando.
La velocidad de la cabina del
ascensor será de unos 200 km/h.
Para mayor información os
recomiendo el blog de Daniel Marín es su post “El
ascensor espacial: autopista hacia el cielo”.
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