El otro día, que nos quedamos sin pan en casa, se me ocurrió rebuscar en el congelador y recupere dos panecillos de bocadillo, que debían ser de la época de los dinosaurios (se me descascarillaron ambos bollos, como podéis apreciar en la foto), pero bueno, quedaron comestibles, aunque la presentación quedó destrozada, el pan podríamos decir que quedo aceptable entre el tostadito del horno y la jugosidad del caldito de los callos.
Ingredientes (2 personas):
1 lata de callos
2 panecillos de bocadillo (en mi caso congelados)
Preparación:
Sacamos los panecillos del congelador y los dejamos descongelar a temperatura ambiente.
Una vez descongelado el pan, con la ayuda de un cuchillo afilado sacamos la parte superior de cada panecillo, procurando sacar buena parte de su miga, sin llegar a los bordes, para formar una especie de barquita con la parte inferior del pan.
Abrimos la lata de callos, la vaciamos en un plato hondo, tapamos con otro plato e introducimos en el horno sin precalentar unos 15 minutos con calor abajo.
Sobre el plato que nos hace de tapadera colocamos los dos panecillos, con la parte que hemos retirado colocada en la barquita de pan.
Horneamos 10-15 minutos más, hasta que el punto de tostado del pan sea de nuestro gusto.
Sacamos del horno los panecillos y los callos.
Colocamos cada panecillo en un plato y repartimos los callos calentitos entre ambos bocadillos.
Tapamos con la parte del panecillo que habíamos retirado para hacer las barquitas.
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