Como es habitual en mis tortillas, el centro
siempre acaba excesivamente tostadito, pero bueno, eso ya es la firma de mis
tortillas.
Comer calçots, cocinados a la llama del fuego
de leña, es un gustazo que no todos nos podemos permitir, aunque el horno puede
ser un sustituto de la llama, aunque no es lo mismo.
Pues como para comer prepare un manojo grande
de calçots,
nos sobraron bastantes y además tenía exceso de huevos de nuestras gallinas,
pues para cenar toco un tortillón de patatas.
Personalmente prefiero la tortilla de patatas
con cebolla y como los calçots son una especie de cebolla tierna, pues es una
estupenda combinación para una tortilla de patatas.
Ingredientes
(6 personas):
12
calçots
8
huevos
1
patata gorda
Aceite
de oliva
Curry
Sal
Preparación:
En un cuenco grande cascamos los huevos, les
añadimos la sal y abundante curry para darte un ligero toke picantón.
Batimos y reservamos.
Pelamos la patata, la lavamos y una vez
escurrida, la introducimos en el aceite de la freidora en frio y con la
freidora a baja temperatura para que las patatas se cuezan en el aceite en
lugar de freírse.
Cuando estén tiernas, antes de dorarse, las
sacamos y dejamos escurrir.
Mientras nos dedicamos a limpiar y trocear los
calçots que teníamos sobrantes del medio día y los añadimos a los huevos
batidos.
Agregamos las patatas una vez escurran el
aceite y mezclamos bien con los calçots y los huevos.
Colocamos una sartén al fuego, con un generoso
chorro de aceite de oliva y cuando el aceite comience a humear, agregamos a
este todo el contenido de nuestro cuenco.
Cuando comience a cuajar, con ayuda de una
tapadera, damos todas las vueltas que consideremos necesarias a nuestra
tortilla, para obtener el grado de cuajado óptimo para nuestro paladar.
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