En esta ocasión, como casi
siempre, me he complicado poco la vida realizando la comida, aprovechando una
calabaza cocida y unas judías verdes, ya cocidas que temía perdidas por las
inmensidades de los cajones del congelador.
La verdad que hornear la calabaza
es un poco lento, pero mereció la pena, esperarse al horno.
Ingredientes (2 personas):
300 g de calabaza cocida
300 g judías verdes cocidas
5 huevos (la mujer sólo quería uno)
1 cucharada de margarina
Aceite de oliva
Sal
Preparación (60 minutos):
Sacamos las judías del congelador para que se atemperen un poco,
aunque no es necesario descongelarlas.
Mientras, preparamos la calabaza
cocida, desechando su piel y haciendo un puré con su carne, ayudándonos de un
tenedor.
Añadimos a nuestro puré de calabaza
la mantequilla y dos yemas de huevo, sus claras las usaremos en una futura
receta, aunque también podríamos repartirla entre los huevos fritos que
realizaremos posteriormente.
Mezclamos bien toda la mezcla y
colocamos en una manga pastelera (en mi caso una especie de pistola de
silicona).
Colocamos papel de hornear en la
bandeja del horno y con ayuda de la manga pastelera formamos montañitas de la
pasta que hemos preparado.
Horneamos alrededor de una hora a
180º, calor arriba y abajo. Vigilando la cocción cada 15 minutos, mi horno es
muy lento.
Cuando este casi lista la
calabaza, calentamos aceite en una sartén, añadimos las judías verdes,
sazonamos y solo tenemos que calentarlas.
En el mismo aceite freímos los
huevos, aderezándolos con sal y repartimos entre dos bandejitas.
Solo resta comérselo antes que se
enfríe.
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