Ayer no teníamos pensado nada para comer y como habían unos champiñones gigantes en el frigorífico y además unas zanahorias que comenzaban a ponerse feas, se me ocurrió escarbar en el congelador para acompañar esos champiñones.
Cocinar champiñones al horno con sal, pimienta y aceite, es una receta habitual en casa, pero en esta ocasión aproveche para unirle las zanahorias y servirlos acompañando unas gulas congeladas que habían en el congelador.
Ingredientes (2
personas):
300 g de champiñones
gigantes
6 zanahorias pequeñas
200 g de gulas
1 puñado de uvas sin
semillas
4 ajos
2 guindillas
1 limón
Aceite de oliva
Pimienta negra molida
Sal
Preparación:
Dejamos descongelarse las gulas.
Lavamos y realizamos un corte en cruz a los champiñones, pero sin terminar de cortarlos para que el champiñón quede unido por el sombrero.
Lavamos y pelamos las zanahorias y las colocamos en una bandeja apta para horno, junto con los champiñones.
Aderezamos con abundante, sal, pimienta negra en polvo y rociamos con aceite de oliva.
Horneamos a 180º, calor arriba y abajo, a partir de horno frío, durante unos 60 minutos o hasta que los champiñones estén tiernos.
Cuando estén casi listos los champiñones, pelamos y fileteamos los ajos.
Freímos los ajos en un generoso chorro de aceite de oliva.
Lavamos y partimos por la mitad las uvas.
Cuando los ajos comiencen a tomar color, añadimos las guindillas, las uvas y las gulas.
Sazonamos y removemos durante unos 5 minutos para que se nos cocinen las gulas.
Repartimos las gulas entre dos platos y añadimos 2 champiñones a cada plato.
El resto de champiñones y zanahorias los reservamos para futuras recetas.
Servimos con medio limón en cada plato y que cada comensal se lo aderece a su gusto.
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