Los calçots son una especie
de cebollas tiernas, que son típicos de Tarragona, cocinados en fuego de leña y
se consumen remojados en salsa romesco.
Suelen ir acompañados de
carnes, cocinadas a las brasas del fuego de leña.
Pues como el otro día
comimos una calçotada en casa y sobraron unos cuantos calçots, se me ocurrió
aprovecharlos para cenar, sin complicarme mucho la vida.
Ingredientes (2 personas):
12 calçots
3 huevos
Aceite de oliva
Leche
Sal
Preparación:
Para quien parta de los
calçots crudos (pueden ser cebollas
tiernas), estos se hacen a fuego vivo (con la llama, al contrario que la carne
que se cocina con las brasas), quedan todos negros y requemados por su parte
exterior debiendo quedar muy tiernos y jugosos por dentro, se dejan en el fuego
vivo, hasta que están tiernos, se les ve burbujear en el fuego, ese es el
momento de retirarlos, envolviendolos en
papel de periódico para mantenerlos calientes.
Como en este caso son sobras
de calçots ya cocinados nos evitamos este trabajo.
Además como avise a Silvia,
mi mujer, de que pensaba hacer una tortilla con ellos, me los limpio ella
(quito la parte exterior que queda toda negra y quemada, que por cierto deja
unos preciosos dedos negros).
Cuando llegue yo, trocee los
calçots ya limpitos con un cuchillo.
Se baten los tres huevos con
sal al gusto, un chorrito de leche y un generoso chorro de aceite de oliva.
Se mezclan los huevos con
los calçots.
Forramos un molde con papel
de hornear (no es necesario, pero así desmoldaremos mejor).
Volcamos la mezcla de
nuestra tortilla sobre el papel de hornear y envolvemos bien con plástico de
cocina.
En mi microondas que es muy
poco potente, le puse a máxima potencia dos tandas de 4 minutos, pasada la
última tanda se veía la tortilla perfectamente cuajada.
Para que tenga mejor color
colocamos en molde al revés, la parte superior del molde (asegurándonos que no
este deteriorado el plástico de cocina que le habíamos colocado) la ponemos
sobre el plato del microondas y cocinamos 2 minutos más.
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