Estamos acostumbrados a
despreciar esas sobras que solemos “aparcar” en la nevera y en muchas ocasiones
“esas sobras” son una estupenda opción, con un poco idea y trabajando poco para realizar una estupenda comida o cena.
El otro día de la mano de Virtu
realice una estupenda “Tarta de longanizas” pero como la hice para cuatro personas (con la
idea de repetir) y solo somos dos a llenar la tripa nos sobro media tarta, la
verdad que la tarta en frio esta estupenda, pero en bocadillos calentitos y
crujientes quedo una maravillosa cena.
La verdad, es que la noche que estamos vagos,
solemos tirar lo que encontramos en la nevera, encima de la mesa y que cada
cual se busque la vida, pero con poco esfuerzo se pueden hacer maravillosas
cenas (o comidas), aprovechando esas sobras que guardamos y que en muchas
ocasiones acaban en la basura, pongamos un poco de imaginación, decoremos esas
sobras, quedaremos ante las personas que queremos de fábula y encima no
habremos pegado un palo al agua, aprovechando algo que si lo dejamos más días
en la nevera, seguramente, acabara en la basura.
Ingredientes
(dos bocadillos):
Sobras de
tarta de longanizas (tortilla sobrante que tengáis perdida en la nevera)
Pan
Tomate
Aceite
Sal
Preparación:
Como sabéis, quienes acostumbráis a leerme, acostumbro
a realizar una salvajada con el típico “pa amb tumaquet” catalán, pero como
opino que así no se desperdicia tomate y queda rico, lo hago como os cuento a
continuación, aunque reconozco que de la forma tradicional queda más rico.
Mi sistema es trocear un tomate desechando la parte
del tallo, agregar un generoso chorro de aceite, sal y triturar con la
batidora.
La forma tradicional (para quien la desconozca)
consiste en untar el pan con un tomate maduro, colocar sobre el pan un generoso
chorro de aceite y sal al gusto.
Después de contaros mis manías y las tradiciones,
pasemos a la receta.
Abrimos un panecillo por la mitad (o un trozo de barra
de pan, lo que tengamos en casa).
Con la ayuda de una cuchara, untamos bien el pan con
el triturado de tomate.
Sobre el pan colocamos las sobras de tarta de
longaniza.
Envolvemos en papel de aluminio el bocadillo (más que
para cocinarlo, para facilitar al comensal que no pierda los trozos de tortilla
entre mordisco y mordisco).
Horneamos alrededor de unos 15 minutos a partir de
horno frio a unos 150 grados.
Nos resulta un estupendo bocadillo caliente, con un
pan crujiente, calentito y si la tarta de longanizas esta rica recién hecha,
que quien cate el bocadillo, decida si estaba más rica la tarta o el bocadillo.
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