En los misteriosos, cajones del
congelador de casa, me encontré una bolsa de almejas, sin concha, congeladas,
como tenía pocas ganas de trabajar, la uní a un bote de tomate frito,
enriqueciéndolo con un pequeño sofrito de ajo, cebolla y pimiento.
Ingredientes:
300 g de carne de almejas congeladas (almejas sin concha)
250 g de tomate frito
½ cabeza de ajos
½ cebolla
1 pimiento verde pequeño
1 vaso de vino blanco
2 pimientas de cayena
Aceite de oliva
Sal
Preparación:
Pelamos y fileteamos los ajos,
cortamos en Juliana la cebolla y el pimiento (quitándole sus semillas).
Calentamos el aceite en una
cazuela de barro a fuego medio (puede ser también una sartén), confitamos en
dicho aceite los ajos, la cebolla y el pimiento.
Cuando las verduras estén tiernas,
añadimos las almejas (no es necesario descongelarlas), el vino, las pimientas
de cayena y damos unas vueltas hasta que se evapore el
alcohol y se descongelen las almejas si aún estaban congeladas.
Añadimos el tomate frito y
dejamos cocer a fuego lento hasta que se espese el tomate.
Rectificamos el punto de sal y
servimos en bandejitas de barro.
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