Las habas, son una de mis
verduras favoritas y eso que desgranarlas me da pereza, me gustan hasta crudas
mojaditas en un montoncito de sal, pero la verdad es que con pocos ingredientes
y no demasiado trabajo podemos realizar un plato tan rico como el que os
presento hoy.
Ingredientes (2 personas):
200 g de habas tiernas desgranadas
150 g de guisantes de lata
1 cebolla
1 vaso de vino blanco
2 chorizos de freír
5 rodajas de morcilla de Burgos
4 ajos
Jengibre fresco
1 ramita de menta fresca
Aceite de oliva
Sal
Preparación:
Pelamos y cortamos en juliana la
cebolla.
Pelamos y fileteamos gruesos los
ajos.
Colocamos una cazuela de barro
amplia en el fuego con un generoso chorro de aceite de oliva, a fuego medio (si
ponéis mucho fuego, corréis el riesgo de rajar la cazuela de barro,
especialmente si es nueva), si no tenéis cazuela de barro, también sirve una
sartén amplia.
Freímos la cebolla y el ajo en la
cazuela, salando, para ayudar a sudar a la cebolla, hasta que comience a estar
tierna la cebolla.
Añadimos las habas (si están
congeladas, no es necesario descongelarlas), y les damos unas vueltas junto la
cebolla y el ajo.
Añadimos el vino, las hojas de
menta, rallamos el jengibre (también lo podemos colocar de bote), damos unas
vuelta, tapamos la cazuela y bajamos el fuego.
Cuando las habas estén tiernas
(si se nos quedan secas podemos añadir agua o vino), añadimos los guisantes de
lata (escurridos), el chorizo cortado a rodajas y la morcilla de Burgos,
tapamos y dejamos cocer unos 10 minutos.
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