Hoy os traigo un clásico de mi cocina, que
generalmente lo aderezo con Moriles (vino blanco fino y seco andaluz), pero en
esta ocasión he querido probar con un licor, para que la receta no sea igual
que siempre.
Ingredientes
(2 personas):
1 melón
de Galia gordito o 2 pequeños (para parejas queda mejor uno grande con dos
pajitas)
75 g de
azúcar
1
chupito de Grand Marnier
Preparación:
Cortamos una rodaja finita de la piel de uno de los extremos del melón, para poder acceder a su interior con la ayuda de un saca bolas y la reservamos para posteriormente tapar el melón.
Colocamos la carne del melón en el vaso
de la batidora y desechamos sus semillas (si tenéis paciencia podéis colocarlas
al sol, esperar que se sequen y comerlas como si fueran pipas de girasol, pero
yo opte por dárselas a las gallinas a cambio de sus huevos).
Añadimos una generosa cucharada de
azúcar a la carne del melón (recordad que fría esta menos dulce) y trituramos.
Volcamos la crema obtenida en el
interior del melón y terminamos de rellenarlo con el Grand Marnier.
En la rodaja de piel de melón, que hemos
reservado con anterioridad, practicamos un agujero, con
la ayuda de un saca corazones de manzanas, para posteriormente introducir las
pajitas.
Se guarda en la nevera y se sirve lo
más frio posible.
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