En esta ocasión he optado por
realizar un pan con restos de suero sobrante de realizar un queso fresco de
orégano que había guardado en el congelador, la verdad es que la masa me quedo
un poco blanda y el lugar de crecer la masa a lo alto, me creció a lo ancho,
pero vamos, tampoco quedó tan mal.
Receta de queso fresco casero de orégano:
Ingredientes (800 gramos):
550 g de harina
350 ml de suero sobrante de realizar un queso fresco de orégano
12 g de levadura fresca
Aceite de oliva
1 cucharadita de azúcar
Sal
Preparación:
Introducimos en el microondas el
suero, durante unos 70 segundos para templar el líquido.
Añadimos la levadura al agua
templada, el azúcar, una cucharada de harina, removemos y dejamos activarse
durante unos 10 minutos.
En un recipiente grande,
introducimos la harina, el suero que hemos unido a la levadura.
Amasamos hasta que la masa se
mezcle bien, para que no se pegue en los dedos, podemos mojarnos las manos con
aceite de oliva o harina, añadimos la sal.
Una vez tengamos la masa lista,
aceitamos el bol donde dejaremos la masa, la tapamos con un trapo y la dejamos
reposando hasta que leve (un par de horas como mínimo).
Damos un ligero amasado al pan,
le damos forma de bola y lo colocamos en la bandeja del horno, tapado con un
trapo, hasta que leve nuevamente.
Colocamos una bandeja con agua,
en la parte más baja del horno y precalentamos con calor abajo a máxima
temperatura durante 15 minutos.
Dar unos cortes a la parte
superior de la masa con un cuchillo afilado, para que se abra bien el pan.
Dejamos reposar tapado, mientras
precalentamos el horno.
Colocamos la bandeja del horno, colocando
el pan, lo más cerca que podamos del agua, durante unos 45
minutos a 220º, calor abajo.
Dejar enfriar sobre una rejilla.
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