Hace unos días, vi en una gran
superficie, un pan de molde de una conocida marca, que nunca había visto, se
trata de pan de molde sin corteza, rectangular, pero cortado a lo largo, en
lugar de a rebanadas, todo el paquete de tamaño normal solo tenía cinco lonchas
de pan.
Pues como también tenía un manojo
de acelgas perdido en mi huerto de hierbas silvestres, se me ocurrió esconder
las acelgas dentro del pan de molde que en casa lo verde es poco apreciado.
Ingredientes (2 personas):
12 gambas congeladas cocidas
2 lonchas de pan de molde sin corteza y cortado a lo largo
1 manojo de acelgas
6 tranchetes de queso
6 ciruelas sin hueso
Lechuga
1 tomate maduro
Aceite de oliva
Sal
Preparación:
Aunque prepare dos rollitos, solo
utilicé uno de ellos, el sobrante lo reserve para preparar una futura receta.
Dejamos descongelar las gambas.
Preparamos mi habitual salsa de
tomate, lavamos y troceamos el tomate, lo colocamos en el vaso de la batidora,
le añadimos aceite y sal al gusto, trituramos.
Cocemos al vapor las acelgas y
las dejamos enfriar para trabajar con comodidad.
Estiramos las lonchas de pan de
molde con el palo de amasar y untamos el pan por una de sus caras con la salsa
de tomate.
Sobre el tomate colocamos tres
tranchetes de queso.
Sobre el queso repartimos las
acelgas.
Sobre las acelgas colocamos las
ciruelas troceadas.
Con la ayuda de un plástico de
cocina enrollamos el pan, sin que se nos desmonte lo que hemos puesto sobre él
y guardamos en el frigorífico formando una especie de caramelo gigante con el
plástico, para mantenerle la forma hasta que vayamos a utilizarlo.
Pasada alrededor de una hora el
rollito ya habrá memorizado su forma, podremos quitarle el plástico que lo
envuelve y trocearlo en seis trocitos.
Lo calentamos 10-15 minutos a 150
grados a partir de horno frío y gratinamos 5-10 minutos más.
Colocamos unas hojitas de lechuga
saladas y aceitadas, en el plato donde serviremos, los
trocitos de rollito y decoramos con las gambas saladitas.
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