Esta receta, es una adaptación a
los ingredientes que tenía en casa de un estofado belga (carbonade flamande).
Generalmente, se realiza con
dados de carne de ternera o buey, pero yo he utilizado una bandeja de costillas
de cerdo troceadas, que tenía en el frigorífico, además cocinándolo en olla de
barro.
El tiempo de cocción ha sido de
unas tres horas, cocinado a fuego lento y sin prisas.
Ingredientes (2 personas):
500 g de costillas de cerdo troceadas
2 cebollas
50 g de mantequilla
1 cucharada sopera de mostaza
1 cucharada de harina
2 hojas de laurel
1 cucharadita de tomillo
330 ml de cerveza negra
Aceite de oliva
Sal
Preparación:
Colocamos un chorro de aceite en
la olla de barro y lo calentamos a fuego medio.
Sazonamos las costillas troceadas
y las doramos en el aceite caliente.
Cuando las costillas estén
doradas las retiramos de la olla y reservamos.
Cortamos en aros finos las
cebollas, las colocamos en la olla donde hemos sellado las costillas, les
añadimos la mantequilla, sazonamos y dejamos cocinarse hasta que la cebolla
este tierna.
Añadimos la harina, le damos unas
vueltas, añadimos la cerveza, la mostaza, el laurel, el tomillo, las costillas
y rectificamos el punto de sal.
Tapamos y dejamos cocer con la
olla tapada, a fuego lento, unas dos horas o hasta que las costillas estén
tiernas.
Dar una vuelta cada 15 minutos
para que la harina no se pegue en el fondo, si se nos queda seco el guiso, se
le puede añadir agua o cerveza negra, en mi caso no fue necesario.
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