El dióxido de carbono (CO2), también conocido como
óxido de carbono, gas carbónico o anhídrido carbónico, consiste en un gas
compuesto por dos átomos de oxígeno y uno de carbono.
El dióxido de carbono fue uno de los primeros gases
descubiertos.
En el siglo XVII, el químico Jan Baptist van Helmont, descubrió que al quemar carbón en un
recipiente cerrado, la masa de la ceniza era mucho menor que la del carbón
inicial, comprendiendo que el carbón se había transformado en una sustancia
invisible, a la cual denominó spiritus sylvestre (gas).
En el año 1.750, Josep Black, médico escocés, descubrió que el
carbonato de calcio al calentarse o ser tratado con ácidos, producía un gas que
denominó aire fijo.
En el año 1.772 Joseph Priestley, químico inglés, publica un
texto con el título “Impregnación de agua con aire fijo,” describiendo en él,
como el goteo de ácido sulfúrico (aceite de vitriolo) sobre una tiza, producía
dióxido de carbono, cuando se disolvía el gas en un cuenco de agua, que estaba
en contacto con el gas, se obtenía agua carbonatada.
En el año 1.823, Humphry Davy y Michael Faraday, consiguieron
licuar el dióxido de carbono.
En el año 1.834, Charles Thilorier, descubrió que al abrir un
recipiente a presión que contenía dióxido de carbono, la evaporación rápida del
liquido producía nieve de dióxido de carbono sólido, lo que actualmente
conocemos como nieve carbónica.
Tanto las plantas, como las algas y las cianobacterias,
utilizan la luz solar para fotosintetizar carbohidratos a partir del dióxido de
carbono y del agua, expulsando como desecho oxigeno.
Las plantas cuando no hay luz no pueden realizar la
fotosíntesis, desprendiendo dióxido de carbono a causa de la respiración
celular.
La mayoría de organismos que pueblan la Tierra, al respirar
emiten dióxido de carbono, entre ellos las personas al respirar.
El dióxido de carbono, también lo produce la combustión de
carbón e hidrocarburos.
Los volcanes, géiseres y fuentes volcánicas también emiten
dióxido de carbono.
Según nos cuentan, el dióxido de carbono es el responsable del
calentamiento global, el nivel de dióxido de carbono en la Tierra, comenzó a
aumentar después de la Revolución Industrial, a causa de la combustión de
combustibles fósiles, lo cual está produciendo en la actualidad, el cambio
climático provocando del aumento de las temperaturas en la Tierra.
Pero en cambio también se dice que el dióxido de carbono que
como faltan pruebas para acusar al dióxido de carbono del calentamiento global,
algunos afirman que nada tiene que ver con él.
La utilización del dióxido de carbono en la industria es
diversa, desde relleno de extintores, en forma de nieve carbónica, como aditivo
de bebidas efervescentes (bebidas carbonatadas), su acidez permite acelerar el
cuajado de los lácteos, siendo menos contaminante que el ácido sulfúrico, es
utilizado como refrigerante en frigoríficos, congelado, se fabrica con él,
hielo seco, también se utiliza el dióxido de carbono para crear niebla
artificial, otro de sus usos, es su utilización como agente extractor, para
obtener alcaloides como la cafeína y algunos pigmentos, la posibilidad de
realizar extracciones en medios anóxidos, permite la obtención de productos con
alto poder antioxidante, también se utiliza para generar luz coherente (láser
de CO2) además, junto con el agua se utiliza como disolvente en
procesos con fluidos supercríticos.
Una vez conocemos el dióxido de carbono, vamos a conocer el
Protocolo de Kioto y las cuotas de emisión de CO2.
El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático, consiste en
un acuerdo internacional de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (CMNUCC), cuyo objetivo es reducir los gases invernadero.
Se considera que además del dióxido de carbono (CO2),
otros cinco gases mas, son también responsables del calentamiento global, estos
gases son el gas metano, el óxido nitroso, los hidrofluorocarburos, los
perfluorocarbonos y el hexafluoruro de azufre.
El Protocolo de Kioto fue firmado en Kioto (Japón) un 11 de
diciembre del año 1.997, entrando en vigor el 16 de febrero del año 2.005.
Se crearon unos bonos denominados “bonos de carbono” los
cuales consisten en un mecanismo internacional de descontaminación para reducir
las emisiones contaminantes que generan el efecto invernadero.
Estos bonos los distribuyen las Naciones Unidas, asignando un
determinado número de bonos a las empresas, las cuales pueden comerciarlos en
los mercados financieros, vendiendo los bonos sobrantes o comprando los que les
falten.
En el Cuarto Informe del año 2.007, el Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) recomienda para
reducir el cambio climático el uso de la energía nuclear.
En noviembre del año 2.009, es ratificado el Protocolo de
Kioto por 187 países, curiosamente Estados Unidos, no estaba entre ellos.
11 de diciembre del año 2.011, Canadá abandona el Protocolo de
Kioto, para no pagar las multas por incumplir la reducción de emisiones.
El rotativo El País, nos publica el 22 de abril del año 2.012,
el articulo “El
mercado del CO2: negocio para las fábricas, ruina para el Estado”,
donde nos cuentan que la industria española, desde el año 2.008 consigue 1.300
millones de euros vendiendo derechos de emisión, en cambio el estado paga 770
millones por unos derechos que hay que comprar… y aun restaban comprar unos 500
millones mas…
El rotativo El Mundo, en su artículo, “España
gastó 770 millones de euros para poder emitir CO2”, publicado el día 29 de
abril del año 2.012, siendo España el segundo país, tras Japón que mas derechos
para emitir dióxido de carbono necesito comprar, mientras los españoles nos
apretábamos el cinturón se pagaban 770 millones de euros, donde los grandes
contaminantes como Estados Unidos no pagan.
En la decimoctava Conferencia de las Partes (COP 18) se
ratifica el Segundo periodo del Protocolo de Kioto, donde Estados Unidos, Rusia
y Canadá no apoyaron la prórroga, comprendida entre el 1 de enero del año 2.013
y el 31 de diciembre del año 2.020 (me pregunto yo… si países de tal caladura,
no están dispuestos a cumplir el protocolo ¿para qué sirve que los demás lo
firmen?).
Tampoco olvidemos que el dióxido de carbono no es exactamente un
gas contaminante, curiosamente es la base fundamental de la vida vegetal
(fotosíntesis), lo cual lo hace imprescindible para la vida animal, por lo
tanto los bonos de carbono, son muy queridos por las multinacionales, para
poder hacer su agosto comerciando con ellos y realmente su incidencia en el
cambio climático es muy reducida.
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