Hace unas semanas
la web “Cookpad” me regalo esta cuchara de
madera, aunque habitualmente no utilizo herramientas de madera, como me hizo
ilusión recibirla, hoy que iba a realizar una receta de las de cazuela de
barro, me ha apetecido estrenarla.
Aprovechando que
tenía en la nevera hace días unas morcillas de cebolla, sigo teniendo
excedentes de tomates cherrys de maceta y tenía habas congeladas, se me ocurrió
realizar este plato.
Ingredientes (2 personas):
2 morcillas de cebolla
200 g de habas tiernas
100 g de tomates cherrys
3 ajos
1 cebolla
1 ramita de menta fresca (se puede poner seca)
1 vasito de vino blanco seco (fino)
Azúcar
Sal
Aceite de oliva
Preparación:
Colocamos una
cazuela de barro al fuego, añadiéndole un generoso chorrito de aceite.
Mientras se nos
calienta la cazuela, pelamos y troceamos la cebolla en juliana, pelando y
fileteando también los ajos.
Salamos para ayudar
a sudar a la cebolla, cuando comience a estar esta tierna agregamos las habas
sin descongelar y los tomates cherrys partidos en dos, añadiendo el azúcar para
matar el ácido de los tomates.
Le damos unas
vueltas, agregamos el vino, la ramita de menta picada, dejamos evaporarse el
alcohol y bajamos el fuego al mínimo.
Cocemos durante
unos 30 minutos, hasta que las habas estén tiernas, rectificamos el punto de
sal si fuera necesario.
Cortamos
longitudinalmente las morcillas, las agregamos a las habas y dejamos cocinar
unos 5 minutos más, también a fuego lento.
Tratar con mimo las
morcillas, se rompen con facilidad.
Servir calentito.
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