Aunque en casa el
pescado no lo suele comer ni el gato, se ha de comer variado, por lo cual de
tarde en tarde entra el pescado en la cocina.
En este caso, se
colaron dos truchas, que la verdad, quedaron muy ricas.
Preparación (2 personas):
2 truchas no muy grandes
2 lonchas de beicon ahumado
12 gambas cocidas saladas
1 patata muy grande (o dos medianas)
1 tomate
Sal
Aceite de oliva
Pimienta negra en polvo
Azúcar
Preparación:
Para la realización
de esta receta necesitamos limpiar las truchas de aletas, espinas, cabeza y
tripas (podemos pedir a nuestro pescadero que nos las limpie), aunque
personalmente prefiero limpiarlas yo.
Pelamos y troceamos
la patata a rodajas de aproximadamente un dedo de grosor.
Cocemos las patatas
a muy baja temperatura en la freidora hasta que estén tiernas (unos 30
minutos), sin que lleguen a dorarse, las hornearemos posteriormente.
Aceitamos una
bandeja apta para el horno y colocamos en su base las rodajas de patatas fritas
(más que fritas, cocidas en aceite).
Salpimentamos las patatas
y cubrimos estas con rodajas de tomate cortado muy finito.
Salpimentamos
también el tomate y le añadimos un poco de azúcar para evitar que nos quede
ácido.
También,
salpimentamos las truchas interiormente y colocamos en cada trucha una loncha
de beicon ahumado, sobre el beicon colocamos las gambas saladas (previamente
peladas) y cubrimos estas con un tranchete de queso cortado en dos para cubrir
con él todas las gambas.
Horneamos a partir
de horno frio a 160º, con calor arriba y abajo unos 25-30 minutos.
Servir y comer
calentitas.
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