Como la medicina que conocemos en
la actualidad, es algo que proviene del principio de los tiempos, aunque hace
algún tiempo os publique un artículo sobre la “Medicina
romana,” en esta ocasión quiero retroceder algo más en el tiempo y
escribiros sobre la medicina egipcia.
En el antiguo Egipto, junto a los
templos, existían unos anexos denominados casas de la vida, en dichas casas se
formaban los médicos egipcios y se cuidaban a los enfermos especiales bajo la
supervisión de los sacerdotes.
La esperanza de vida de los
egipcios, era de 39 años en los hombres y de 35 para las mujeres.
El médico más antiguo conocido, vivió
sobre el año 3.000 antes de
Cristo, aunque los primeros indicios de la medicina egipcia, nos han llegado a través de las ostracas y de antiguas recetas griegas.
Cristo, aunque los primeros indicios de la medicina egipcia, nos han llegado a través de las ostracas y de antiguas recetas griegas.
Las ostracas son trozos de cerámica
o fragmentos calcáreos, sobre los que los escribas egipcios escribían o
dibujaban, puesto que los papiros eran mucho más caros y se utilizaban
principalmente para escribir notas oficiales, mientras que las ostracas se
utilizaban para realizar dibujos explicativos o satíricos, tomar notas o para
el aprendizaje de la escritura jeroglífica.
El documento quirúrgico, más
antiguo que conocemos en la actualidad, está datado en el siglo XVII antes de
Cristo, es el papiro Edwin Smith, el cual explica los conocimientos de una
época anterior.
También existe el papiro de Ebers,
que consiste en una recopilación de textos médicos, mientras el papiro de Lahun
nos cuenta temas referentes a la ginecología, el papiro de Hearts consiste en
manual médico práctico, mientras que el papiro de Londres nos muestra gran
cantidad de encantamientos.
Para los egipcios, la enfermedad
consistía en que el paciente estaba poseído por agentes sobrenaturales, como
enemigos con poderes mágicos, algún dios enfadado o simplemente un difunto
enfadado, a causa de lo cual los médicos egipcios eran magos y médicos.
Para los egipcios el cuerpo (la
carne), era imprescindible para alcanzar la vida eterna, lo peor para un
egipcio era morir ahogado o quemado, pues de ambas formas su cuerpo se
perdería.
La medicina egipcia era gratuita,
general (incluidas todas las clases sociales), nacional (en todo el país) y
siempre disponible (como las urgencias de la actualidad).
Las casas de la vida, dependían de
la autoridad del templo, las cuales poseían un espacio de cuidados, que
posteriormente seria denominado sanatorio, el cual poseía bañeras llenas de
agua sagrada, donde eran sumergidos los enfermos para esperar la curación
divina.
La medicina egipcia estaba
jerarquerizada, el médico del faraón, era quien dictaba las normas del
aprendizaje y la práctica de la medicina aplicada a los enfermos, por debajo
del médico del faraón estaban los médicos de palacio, denominándose uno de
estos doctor jefe del norte y del sur, bajo sus órdenes estaban los
inspectores, los supervisores y los maestros de los médicos, en el escalón
inferior estaban el resto de los médicos.
Todos los médicos, debían seguir
estrictamente las normas indicadas por el médico del faraón, sin poder utilizar
métodos propios o alternativos, aunque los resultados no fueran los deseados.
A causa de la momificación de los
cadáveres los egipcios poseían un alto conocimiento del cuerpo humano.
La clasificación de las
enfermedades, estaban catalogadas en tres tipos; las enfermedades que conozco y
curaré, las enfermedades que conozco y no trataré y las enfermedades que no
conozco y no trataré.
Habían en Egipto varios tipos de
médicos, los sun-un (el hombre de los que sufren o están enfermos), los cuales
ejercían fuera del templo, aunque con las normas del templo, teniendo como dios
a Dyehuty, que los griegos llamaron Thot, estos médicos visitaban a los
enfermos, aunque generalmente solo trataban un tipo de enfermedad.
Los médicos uabu-sekhmet, eran los
que ejercían exclusivamente en el templo, dependían de la diosa de la curación
(Sejmet).
También existía otro tipo más de
médicos, los médicos exorcistas que curaban con amuletos y hechizos.
Las normas para diagnosticar las
enfermedades, las encontramos en el papiro Ebers, que indica el procedimiento
para tratar las enfermedades basándose en realizar preguntas al enfermo, con
orden y paciencia, investigar entre los allegados del enfermo, detectar el
origen directo e indirecto del dolor, la búsqueda de antecedentes familiares,
si el enfermo recaía, comprobar la idoneidad del tratamiento y la preparación
de un tratamiento a corto y medio plazo.
La misión de todo tratamiento,
consiste en evitar el sufrimiento, posteriormente detener la enfermedad, para
después eliminar esta.
Los principales medicamentos
egipcios de origen mineral era el natrón (sal de Norte), trocitos de cobre,
piedra de Menfis triturada (anestésico) y el ocre amarillo (tratamiento de quemaduras).
Los medicamentos vegetales eran
abundantes, algunos de ellos fueron la algarroba, el cilantro, el ajo, la
cebolla, la resina de acacia, la cebada asada y según afirman algunos la
nicotina, entre otros muchos.
También, se utilizaban como
medicamentos, productos animales como carne (heridas), miel (antiséptico), las
telarañas (usadas como desinfectante), la grasa de vaca, la leche de burra,
vísceras de cerdo, etc.
En los papiros de Grapow y Deines,
se nos muestran más de setecientas fórmulas para la creación de medicamentos y
perfumes, además en el papiro de Ebers, también tenemos alrededor de mil
recetas mas.
Dentro de los remedios mágicos, se
utilizaba la magia y excrementos (de cocodrilo, asno, pelicano, hombre, etc)
para dar repugnancia al espíritu invasor y así hacerlo marchar.
Los alquimistas buscaban productos
mágicos para curar enfermedades, rejuvenecer a las personas, buscar la
inmortalidad, aumentar la potencia sexual, etc.
La medicina egipcia también
practicaba la cirugía, donde sus técnicas se explican en el papiro Edwin Smith, tales como la extracción de
espinas, cosiendo las heridas, inmovilizando los miembros con huesos rotos, la
curación de las heridas de guerra, las cataratas, la trepanación, la
circuncisión, amputaciones tanto postraumáticas como punitivas.
Los papiros de Lahun, nos cuentan
la influencia de la música en el cuerpo, también Herófilo (médico de
Alejandría), regulaba el ritmo cardiaco con la escala musical.
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