Cuando hablamos de celos, rápidamente
pensamos en los celos relacionados con la pareja, pero existen diversos tipos
de celos.
Los celos, comúnmente consisten en el
miedo de perder la pareja amada, con motivos o sin ellos.
Pero los celos se relacionan íntimamente
con la envidia, pudiendo ser tanto en el ámbito profesional como en el personal.
Existen los celos profesionales, puesto
que otros pueden tener mejor puesto que nosotros, realizar mejor un determinado
trabajo, o simplemente tener una presencia que nos parezca mejor que la
nuestra.
Los celos pueden ser personales, muy
conocidos son los celos entre hermanos, del hijo hacia su padre o de la hija
hacia su madre, etc.
Los celos consisten en uno de los
sentimientos más violentos, como comentaba antes, el niño siente celos de la
imagen paterna, ya que la considera un rival o también de cualquier otro
familiar, ya que estos se interponen entre el niño celoso y la madre.
Es difícil delimitar la línea que separa
los celos de la envidia.
Los celos perduran especialmente en las
personas inseguras, generando miedo y
dudas sobre la afectividad recibida por la persona celosa.
Los celos, al igual que la envidia pueden
perjudicar mucho a la persona celosa, así como a la persona celada.
Los celos pueden llegar al grado de
obsesión.
Las personas celosas exigen muestras de
afecto, atención, mimos, atención, etc.
Los celos consiguen que las personas
celosas sean completamente insoportables. hasta para quienes los quieren, el
celoso considera a la persona querida de su propiedad, haciendo al celoso
intolerante, recriminador, exigente, extorsionador, impositivo, rígido…
Los celos crean en el celoso, estrechez
de miras, desorden mental, ofuscación, tendencias de dominio, hostilidad…
La persona celosa es posesiva, la cual
cuando no es complacida puede recurrir a la violencia para intentar conseguir
sus exigencias.
Para superar los celos es necesario tener
confianza y seguridad en sí misma la persona celosa, ha de aprender a
comprender las necesidades de los demás, respetar a los demás seres, madurar su
propia independencia, superar sus carencias emocionales, así como dar su afecto
incondicionalmente.
Ramiro Calle en su libro “Las zonas
oscuras de tu mente” nos recomienda:
-Auto vigilarnos para descubrir reacciones celosas en nosotros mismos.
-Cooperar con las personas queridas, sin
coartarles sus libertades.
-Toda persona tiene derecho a su vida, no
debemos dirigirlas, condicionarlas o manipularlas.
-Cultivar el amor consciente, atendiendo
las necesidades ajenas sin exigir correspondencia o agradecimiento.
-Los celos nos convierten en nuestro
propio rival, ya que ellos nos impiden una relación equilibrada con nosotros
mismos, creándonos una fuente de desazón y malestar.
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