Continuamos realizando quesos caseros al microondas…
En esta ocasión he arriesgado un poco más, añadiendo orégano
al queso, que en casa es una especie muy apreciada, como podéis observar, el
queso no aguantó a la foto… cuando lo fotografié faltaba casi medio queso.
Para mí y creo que para la mayoría la realización de un
queso es una tarea complicada, ahora ando intentando simplificarla al máximo
para que cualquiera pueda realizar un queso casero con ingredientes habituales,
sin necesitar cuajo, ni leche natural, ni otros ingredientes raros y que la
receta funcione.
En esta ocasión, los ingredientes imprescindibles son leche,
zumo de limón, yogurt y sal (el orégano lo podéis eliminar o sustituir por otra
especie de vuestro gusto sin problemas, incluso picante o colorante como el
azafrán).
Ingredientes:
½ l de leche
2 cucharaditas de
orégano
1 yogurt natural
1 limón pequeño (su
zumo)
1 cucharadita de sal
Preparación:
Con solo estos ingredientes tenéis de sobra para preparar un
queso fresco casero, que será la admiración de vuestros comensales.
Colocamos en un recipiente apto para microondas el medio
litro de leche, el orégano, el yogurt y el zumo colado del limón.
En mi caso utilice un recipiente de silicona preparado para
hacer queso al microondas, pero vale cualquier recipiente apto para el
microondas tapándolo o cubriéndolo con plástico de cocina, la ventaja de mi
recipiente es que posee su propio colador que se utilizara posteriormente como
molde, pero sirve cualquier colador de cocina con agujeros finitos.
Introducimos durante 10 minutos en el microondas a máxima
potencia nuestro recipiente tapado con todos los ingredientes.
Observamos su estado de cuajado y necesitaremos otra cocción
de unos 10 minutos hasta observar que la leche está cortada.
Si fuera necesario le damos otra cocción de 5 minutos.
Volcamos el contenido de nuestro recipiente en un colador o
molde de quesos y dejamos escurrir el suero.
Se puede colocar peso encima para acelerar la eliminación
del suero de nuestro queso, si no ponemos peso, es cuestión de paciencia el
esperar que el queso vaya soltando el suero y cuajándose.
Podemos guardar el suero (el agua sucia que acompaña los
grumos de leche) para hacer bizcochos o magdalenas (les da una jugosidad muy
especial) o simplemente desechamos el suero por la fregadera.
Cuando el queso está lo suficientemente duro para nuestro
gusto, guardar en el frigorífico y degustar.
No olvidar ir eliminando el suero que vaya soltando
periódicamente.
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