Hace algún tiempo, en mi post “Aprendiendo
a ser rico”, en la sección de comentarios, nos hacia una interesante
pregunta ¿Dónde busco preguntas de la vida, que no logro entender?
Amiga Sole, ciertamente la vida tiene
muchas incógnitas, que poco a poco, vamos descubriendo como cuando leemos una
novela.
La gran diferencia, entre una novela y
nuestra vida, consiste en que nuestra vida es una novela única, intransferible
e imparable.
Una novela, cuando su autor la escribe,
trata el tema que a el le interese, la escribe cuando y donde le apetece a su
autor, en cambio, en la novela de nuestra vida curiosamente somos meros
actores, donde todo lo que nos rodea interactúa en las páginas de la gran
novela que compone nuestra vida.
Ciertamente en la vida, la vida es lo
más importante que poseemos, sin vida, todo lo que tenemos en este mundo
material, desaparece con ella.
La vida de cada uno de nosotros consiste
en una maraña de sentimientos y sensaciones, en la cual afectan todos los personajes
que nos rodean.
Especialmente, cuando nos adentramos en
el escurridizo mundo de los sentimientos, podríamos escribir ríos de tinta
sobre cada uno de ellos.
La vida tiene muchas incógnitas, cierto,
pero si nuestra vida fuera un libro escrito, sería muy aburrida.
Pero vallamos al tema de buscar
respuestas inconcretas a preguntas no realizadas.
Las preguntas, a las cuales nuestra
amiga Sole no encuentra respuesta, son preguntas que no nos ha hecho, aunque
nos insinúa que van por el camino de los sentimientos.
Los sentimientos, es difícil analizarlos
y encontrar realmente el por qué de ellos, eso entra en el campo de psicología,
se pueden tener diversos puntos de vista sobre ellos, dependiendo de la persona
que los analice.
Quien mejor deberíamos conocer nuestros
propios sentimientos, deberíamos ser nosotros mismos, pero no es tan fácil…
Las personas tenemos sentimientos, estos
sentimientos solemos unirlos a acciones y reacciones, en demasiados casos impulsivamente,
sin realmente analizar lo que deseamos.
Reaccionamos como cuando accionamos el
interruptor de una bombilla, todos esperamos que al accionar el interruptor la
bombilla se encienda.
Pero sigamos con el ejemplo de la
bombilla, y os pregunto yo…
¿Cada vez que accionemos interruptor la
bombilla se encenderá?
La respuesta lógica y normal es
afirmativa, por lo cual podemos decir “cada vez que accionemos el interruptor
la bombilla esta se encenderá” pero resulta que también pueden darse otros
casos…
¿Se encenderá la bombilla si esta floja?
¿Se encenderá la bombilla si esta se nos
funde?
¿Se puede estropear el interruptor?
¿Y si no tenemos electricidad para poder
encender la bombilla?
Pues igual que un simple circuito
eléctrico, tan simple como el de la bombilla, los sentimientos, lo mismo, solo
que los sentimientos son mucho más complejos y tienen multitud de factores que
les afectan.
Entonces ¿cómo podemos buscar respuestas
en el amplio campo de nuestros sentimientos?
Encontrar las respuestas no suele ser sencillo,
aunque veo varias vías para buscar soluciones.
La que más me gusta personalmente, es
analizar mi sentimiento, o el de esa persona que me afecta, intentar
comprenderlo y acto seguido, pensar que acciones debo hacer para eliminarlo o
potenciarlo.
Personas más inseguras y dependientes
que yo, (aunque en alguna ocasión también he pedido yo alguna opinión) la
solución es comentar el tema con alguien de su confianza y pedir la opinión.
En otras ocasiones, cuando andemos tan
perdidos que no sepamos que hacer, también podemos acudir a la ayuda
profesional, que desde luego son los que mas saben.
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