Continuamos con la segunda parte del post
publicada ayer.
La primera parte de este post (incompleta),
la podéis leer en mi blog “Cosas de Jorge” en el post “Hemos
de guardar el pasado en la mochila”
A través de las preguntas respondidas en el post
anterior, el Dr. Dyer nos quiere hacer comprender que nos colocamos a
nosotros unas etiquetas, y nos apoyamos en ellas, para seguir siendo así,
aunque no nos gustemos, por el motivo de que quizás sea más cómodo dejarnos
llevar por la corriente, que luchar contra lo que nos consideramos, en lugar de
luchar por valorarnos más nosotros y que el mundo que nos rodea nos valore mas
también.
En su libro “Tus zonas erróneas” el Dr. Dyer
nos narra un poema de D. H. Lawrence que os copio a continuación:
-Un hombre, por supuesto.
-Sí, pero ¿qué hace?
-Vive y es un hombre.
-¡Oh, por supuesto! Pero debe trabajar.
-Tiene que tener una ocupación de alguna especie.
-¿Por qué?
-Porque obviamente no pertenece a las clases acomodadas.
-No lo sé. Pero tiene mucho tiempo. Y hace unas sillas muy bonitas.
-¡Ahí está entonces! Es ebanista.
- No, no!
-En todo caso, carpintero y ensamblador.
-No, en absoluto.
-Pero si tú lo dijiste.
-¿Qué dije yo?
-Que hacía sillas y que era carpintero y ebanista.
-Yo dije que hacía sillas pero no dije que fuera carpintero.
-Muy bien, entonces es un aficionado.
-¡Quizá! ¿Dirías tú que un tordo es un flautista profesional o un aficionado?
-Yo diría que es un pájaro simplemente.
-Y yo digo que es sólo un hombre.
-¡Está bien! Siempre te ha gustado hacer juegos de palabras.
Este poema
nos refleja con bastante claridad, que fácilmente nos colocamos y nos colocan
etiquetas, que después “nos obligamos y nos obligan” a llevarlas en nuestras
espaldas de por vida.
Es algo que
nunca me ha gustado (las etiquetas), recuerdo cuando estudiaba, que vi un
cartel donde ponía “Se necesita aprendiz” tenía 14 años por esas épocas, estaba
estudiando EGB, pero vi el cartel y decidí ponerme a trabajar para tener
autosuficiencia económica, consistía en trabajar de mozo de almacén, en un
importante almacén de productos para el hogar y el vestir, dure poco,
marchándome yo, me puse a estudiar para terminar de sacarme el graduado,
trabaje en una fábrica de acuarios, de armarios de baño, repartí con un
camioncillo por toda España, productos de hogar… estudie más tarde delineación,
después radio y televisión, mas tarde electrónica industrial… también trabaje
montando tuberías (de esas gordas que alimentan a las ciudades), monte armarios
de cocina en bloques de apartamentos, monte tejados de Uralita, puse pladur,
reparo ascensores… si me hubiese puesto al principio de mi vida una etiqueta
diciendo soy mozo de almacén… ¿Qué seria ahora?
Un simple
mozo de almacén, como mucho el jefe de almacén, de ese almacén donde empecé a
trabajar que curiosamente aun existe…
Podemos
saber hacer una cosa o no saberla hacer, pero hemos de saber que si esa cosa, la
hacemos mal, podemos aprender, si la hacemos bien y nos aburre, también podemos
aprender a hacer otra cosa, además es más divertido.
Si siempre
haces lo mismo (por lo menos a mi), me aburre, prefiero ver una situación
desconocida, mirarme el problema, no saber por dónde meterle mano, irme a tomar
un café, pensar y buscar la solución.
Si la vida
la solucionamos simplemente con una llamada de teléfono, preguntando a Dios
Google, no la solucionamos nosotros, simplemente nos la solucionan los demás.
Eso no
significa que no podamos pedir ayuda o consultar a Google, para eso están esas
soluciones, pero primero pensemos buscando la solución nosotros.
Como resumen
a este extenso post os resumiré los pensamientos finales del capítulo al cual
me estoy refiriendo del Dr. Dyer.
Tú (y yo)
somos el producto de la suma total de nuestras elecciones.
Esas etiquetas aburridas y viejas nos están
impidiendo tener una vida plena como desearíamos tú y yo.
Lo mejor para la tristeza (yo diría aburrimiento) es aprender algo.
Básicamente,
en este capítulo el Dr. Dyer nos intenta inculcar que esas etiquetas son
pasado, de que permanezcan en nuestra compañía y nos quedemos estancados en el
pasado y en la infelicidad que ello nos produce solo de nosotros depende.
Coloquemos
todas esas etiquetas en la mochila del pasado y poco a poco vayamos
evolucionándolas para tener una vida plena basada en la felicidad y el
conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario