Volvemos a colocarnos la mochila virtual y salimos de
viaje, un curioso viaje, no sabemos bien si a la supuesta tierra hueca, o más
concretamente a Yucatán, en tierras mexicanas…
De momento, andaremos por tierras reales y solidas, como
son las tierras de unas grutas reales, las grutas de Loltún que en la lengua de
los mayas significa flor de piedra.
Pero dentro de esa realidad, en estas antiquísimas grutas
oleremos los rancios olores del pleistoceno, unas grutas con pinturas rupestres,
estas pinturas rupestres incluyen imágenes de manos humanas en negativo,
rostros, animales y grecas, piezas escultóricas, herramientas mayas, osamentas
de bisontes, también huesos de mamut, huesos de tigre dientes de sable… estamos
viajando en un pasado remoto.
Todos estos elementos, encontrados en estas grutas, datan
entre el año 9.000 y 3.000 antes de Cristo, constituyendo la primera evidencia
del hombre nómada en la península de Yucatán.
El cultivo de ciertas plantas, originó la agricultura,
junto con el inicio de la cerámica de Loltún en el Preclásico Inferior, entre
los años 3.000 y 1.000 antes de Cristo.
Entre los años 400 antes de Cristo y el año 300 después
de Cristo, aparecieron nuevos elementos, la arquitectura y la escultura,
estamos situados en el Preclásico Superior.
Entre el año 300 y el año 1.000 después de Cristo, dentro
del periodo Clásico, terminan de utilizarse como casa estas grutas y se
convierten en fuentes para el suministro de agua.
En el clásico Tardío, entre el año 600 y 1.000 después de
Cristo, fue habitual recurrir a las cuevas para abastecerse de agua, por lo
cual fue necesario el uso de recipientes tallados en roca y cerámicas para la
acumulación y el transporte de agua.
Entre los años 1.000 y 1.500 escasean los materiales
cerámicos, aunque existen cerámicas Pizarra tipo Chichén Itzá y cerámica tipo
Mayapán, así como las pinturas murales y los petroglifos (grabados, realizados
en las rocas).
En estas grutas se han registrado un total de 145
pinturas y 52 petroglifos, así como barricadas de los rebeldes mayas de la
“Guerra de Castas”.
Curiosamente estas grutas están preparadas para nuestra
inexperta visita durante unos 700 largos metros, aunque están explorados unos
dos kilómetros, es necesaria la compañía de un guía para poder visitarlas,
aunque ciertamente, no se si el guía es necesario por nuestra propia seguridad
o la seguridad de las grutas… lo que me llama la atención es que las grutas son
mucho mas grandes, con una extensión de 8 o 10 km…
En la entrada Nahkab nos saluda un bajo relieve llamado
“El guerrero de Lol Tun”.
Existe una galería principal, donde se halla el Cuarto de
las columnatas musicales, cuando estas columnas son golpeadas por la mano
producen sonidos musicales, también existe una enorme bóveda conocida como la
Catedral.
Se sabe que estas grutas llegan a los 65 metros de
profundidad y que a consecuencia de nueve aberturas, su interior es cálido… y
yo que pensaba que los sótanos son frescos…
Según cuenta la Wikipedia, solo están explorados los dos
kilómetros abiertos al público, no me creo que los que acondicionaron esos dos
kilómetros no fueran mas allá, además si nadie ha ido mas allá como es posible
que se afirme que su extensión es de 8 o 10 km… que alguien que sepa más que yo
me lo explique.
Ciertamente pensaba haceros una breve presentación de
estas grutas, e inmiscuirme más profundamente, en la tierra hueca y en Robert
Stacy Judd, pero viendo ya la extensión del artículo, prefiero reservar el tema
para una segunda parte de este post.
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