Hace unos días os escribía sobre el efecto del veneno de serpiente en el cuerpo de sus
presas, en este artículo os contare que este peligroso veneno se utiliza en
cremas para la cara.
Según se rumorea, una conocida actriz
y cantante estadounidense Gwyneth Kate Paltrow, fue la pionera en utilizar una
crema basada en las toxinas contenidas en el veneno de las víboras, como crema
antiarrugas, ayudándole a quitarse unos años de su cara, la voz se corrió y su
uso se popularizo.
Según cuentan, el veneno de serpiente contiene
ciertos aminoácidos los cuales bloquean las señales nerviosas, haciéndose
contraer a los músculos, de esta forma se eliminan arrugas creando un efecto
botox.
Realmente no es necesario matar, ni
extraer el veneno a las serpientes, se consiguen aislar los principios activos
que producen esta contracción muscular en los laboratorios químicos, creando un
producto denominado syna-ke.
Este producto combina principios
activos botánicos, unidos a un tripéptido sintético, logrando el efecto tensor
del veneno de serpiente, logrando una apariencia en la cara más joven al tensar
esta y eliminar las arrugas.
En la web “bodybell” nos venden por 12,65€, bajo el
nombre Babaria, una crema facial antiarrugas de veneno de serpiente.
Según su propaganda afirman que a las
dos horas tiene su máximo efecto y que a los dos días, aun mantiene su efecto
en un 67%.
Es muy cierto que las mujeres (ahora
empiezan los hombres), siempre han estado luchando por aparentar menos edad,
pero realmente ¿merece la pena esta lucha sin cuartel?
Ciertamente no soy dermatólogo, y
mucho menos neurólogo, pero aunque aseguran que esta crema es innocua, pienso
yo, que no debe ser muy sano dopar a los nervios de nuestra cara con un
producto químico para mantener tensos los músculos y haciendo desaparecer las
arrugas de la cara.
Aunque me imagino que tanto el botox,
como la cirugía, son sistemas de belleza más agresivos que una crema facial, su
forma de actuar no me convence.
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