Estos tenebrosos fantasmitas, acompañados de sobras de
ensalada del medio día y una calabaza frita, a tiritas, como si patatas fritas
se tratara fue la cena de ayer.
Aunque tanto la mujer como yo, sumamos un siglo entre
los dos y esta cena es mas para críos, aunque estemos viejecitos y arrugaditos,
de cuando en cuando, también podemos ser niños.
La original idea de los fantasmas no es mía, es
copiada vilmente de Isabel86, de su receta “Fantasmitas.
Muy fácil para todos!”, su receta es dulce, mi
versión salada, ahora quien se decida a realizarla que elija la versión que
desee.
Ingredientes (6 fantasmas):
8 láminas precocinadas de hacer croquetas (2 se me
rompieron y quedaron 6).
1 paquete de jamón cortado en taquitos, los más
pequeñitos que veáis.
1 cucharada sopera colmada de harina de trigo (si se
la ponéis de maíz os quedara más suave).
1 cebolla pequeñita.
1 cucharada sopera colmada de mantequilla.
Leche.
Pintura comestible.
Nuez moscada.
Sal.
8 trocitos de papel de aluminio.
8 servilletas de papel.
Preparación:
Encendemos el horno a 175º y vamos preparando los
moldes de los fantasmas.
Envolvemos cada servilleta con el papel aluminio,
procurando que nos quede forma de cono, la cabeza pequeñita y la base amplia,
que después hemos de desmoldarlos, rellenarlos y no queremos romperlos, como rompí yo dos.
Una vez preparados los moldes, colocamos las laminitas
de empanadillas a forma de sombrero sobre ellos, dándole la forma de fantasma.
Cuando el horno está caliente, se hornean hasta que
endurezcan.
A última hora podemos gratinarlos un poco para dale
una punta de color, o dejarlo para más tarde, si queremos servirlos calientes,
gratinarlos un poco antes de servir… aunque no se qué ocurrirá con la
decoración, cuestión de experimentarlo.
Mientras se cocinan prepararemos una bechamel.
Colocamos la mantequilla a fuego lento que se derrita.
Mientras pelamos y troceamos finita la cebolla, la
cuan confitaremos con un poco de sal en la mantequilla.
Cuando la cebolla este transparente, añadiremos la
harina y la doraremos un poco para que después la bechamel no sepa a harina
cruda.
Añadimos leche y cuando la bechamel este clarita,
añadimos los taquitos de jamón y la nuez moscada.
Vamos dándole vueltas hasta que nos quede una bechamel
espesa y sin grumos.
Colocamos con ayuda de vasos pequeñitos los fantasmas
cabeza abajo, y los vamos rellenando con la bechamel.
Dejamos cuajarse y a última hora podemos decorarlos
con la pintura comestible.
Si no tenéis pintura comestible podéis decorarlos con
mermelada, chocolate líquido o lo que se os ocurra.
Si los queréis servir calentitos, se le puede intentar
dar un golpe de gratinado al horno antes de servir, pero la pintura comestible,
no sé cómo reacciona con el calor, aun no lo he experimentado, cuestión de
probarlo.
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