Esta semana
la comenzamos retomando la lectura de “Tus zona erróneas” del Dr Dyer, hoy nos
dedicaremos a comentar su capítulo “Explorando lo desconocido”.
El Dr. Dyer
comienza su capítulo con la frase: “Sólo los inseguros ansían la seguridad”.
Frase, que desde
luego no comparto, yo ansío la seguridad, aunque no me considero inseguro.
También nos
pone una frase atribuida a Einstein que dice: “La experiencia más hermosa es la de lo misterioso. Esa es la verdadera
fuente de todo arte y toda ciencia”.
Ciertamente,
lo misterioso, lo desconocido, tiene una fuerte atracción, pero como siempre os
digo, todo ha de ser en la medida correcta.
¿Cuál es la
medida correcta?
Ahí está lo
complicado, depende de cada persona, de los riesgos que esta persona esté
dispuesta a asumir, así como depende también del nivel de seguridad, que esta
misma persona ha de tener para que no se le enciendan las bombillas de peligro,
que le harían sentir miedo.
Pero al
mismo tiempo, también hemos de saber que si estamos completamente seguros de lo
que va a sucedernos, de lo que nos van a decir, de lo que nos van a preguntar…
seguramente entremos en el aburrimiento.
También es
muy cierto que cuando hacemos algo, normalmente en edad adulta, necesitamos un
motivo para realizar es algo, pero también en ocasiones es interesante realizar
algo sin motivo aparente, simplemente el placer de hacerlo.
Me pondré
de ejemplo yo mismo, efectuándoos unas preguntas:
¿Por qué
creéis que escribo estos artículos?
Los escribo por varios motivos principalmente, por que
siempre me ha llamado la atención escribir, aprendo yo al escribir, desarrollo
mi mente y comparto mis opiniones con el mundo.
¿Por qué
pinto cuadros?
Pinto cuadros, quizás, porque siempre se me ha dado muy mal
el dibujo, sé que no voy a dedicarme a vender mis dibujos (o pinturas), pero
disfruto pintando.
¿Por qué
quiero aprender a tocar el piano?
Esa es una cuenta aún pendiente, para reconocer un tema
tocado por mí, es más fácil reconocer un tema poco conocido haciendo girar el
motor del tocadiscos al revés…
¿Por qué
cocino?
Cocino porque me gusta cocinar, comprobar el resultado,
saborearlo…
Quizás
debiera ser más espontáneo, ahora, después de comer en lugar de habitualmente
ponerme a escribir un post, podría hacer otra cosa imprevista, algo inesperado,
pero soy ya viejecito, tranquilo y deseo la tranquilidad, probablemente así
pierdo muchas oportunidades de hacer cosas nuevas, pero realmente “opino” que
no tengo necesidad de hacer esas cosas nuevas, el día que me aburra escribir,
pintar, cocinar, etc., simplemente me buscare otras ocupaciones, aficiones o
diversiones.
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