En este
artículo viajaremos a un lejano país, la India.
La india es
séptimo país más grande del mundo, con una extensión de 3.187.595 de kilómetros
cuadrados, está situado en Asia, limitan
sus fronteras con Pakistán, China, Nepal, Bután, Bangladés y Birmania.
Nueva Delhi
es su capital, su ciudad más poblada es Bombay.
Se
independizo de Reino Unido el 15 de agosto de 1947.
Aunque
sobre la India podríamos escribir varios libros, hablando de sus culturas,
religiones, historia, hoy no os quiero escribir sobre la India, simplemente
quiero dedicar este humilde espacio a las mujeres viudas indias.
A todos nos
sonara el Taj Mahal (una de las siete maravillas del mundo), el cual comenzó a
construirse en el año 1631, cuya construcción se termino en el año 1654, en la
ciudad de Agra, por deseo del emperador Shah Jahan, el cual se construyo para
honrar a la esposa favorita de este, Mumtaz Mahal, al fallecer durante el parto
de su decimocuarta hija.
A unos 70
kilómetros del Taj Mahal, existe un tenebroso lugar, Vrindaban, lugar donde
viven afinadas entre 20.000 y 40.000 viudas, con el pelo rapado y ataviadas con
sus satis, viviendo de las limosnas de los visitantes…
Empezaremos
por conocer la tradición satí (en el hinduismo, satí consiste en el rito de que
cuando una mujer se queda viuda, es quemada viva en la pira, donde también es
quemado el cuerpo sin vida de su esposo).
Esta
tradición proviene de la mitología hindú, donde Satí fue la hija de Daksha,
cuando Daksha insultó a su marido el dios Shiva, ella se prendió fuego a sí
misma.
Para la
cultura hindú, la mujer no tiene el más mínimo valor fuera del matrimonio.
La palabra
satí significa piadosa.
En la
mayoría de los casos el acto satí era voluntario, aunque actualmente se debate
si la presión social, era realmente la consecuencia de esa voluntariedad de
inmolarse junto con el difunto marido.
En algún
caso se ha evitado la inmolación de la viuda sujetándola sus parientes.
Las formas
habituales de inmolarse estas mujeres eran varias, desde sentarse o tumbarse
junto a su difunto esposo, meterse en la pira cuando esta estaba ardiendo o
incluso, encender ella misma la pira.
También
existen representaciones gráficas, donde la viuda era forzada a la muerte,
mostrando a la viuda atada en la pira, aun sin encender, también hay versiones
que cuentan que la viuda estaba drogada y casos en que hombres con palos
impedían huir a la viuda…
Esta
práctica, actualmente esta abolida en la India, pero con ello no basta y es
necesario cambiar muchas cosas aún.
En la
india, si se muere la esposa, el marido puede volverse a casar.
En cambio para
las mujeres indias, es prácticamente imposible que puedan volverse a casar,
especialmente si tienen hijos, y si con esto no basta, le son arrebatadas todas
sus propiedades y derechos.
Son
rechazadas socialmente, se visten con saris blancos (una especie de sencillo
vestido blanco, color del luto indio, sin coserse), les rapan el pelo y les colocan
la señal de la ceniza en la frente, quedando despojadas de todo estatus social,
sin con esto no basta, su sola presencia se considera un mal augurio.
Estas
mujeres desprovistas de derechos y posesiones, repudiadas hasta por su familia su
única esperanza en la vida consiste en esperar la muerte.
Una
escritura sagrada, el Código de Manu, nos dice que una mujer no será nunca
independiente, la viuda debe sufrir mucho antes de morir, debe ser pura en
cuerpo, pensamiento y alma.
También las
escrituras dan tres “estupendas” opciones a las viudas…
-Casarse
con el hermano más joven del marido.
-Quemarse
con el marido muerto.
-Llevar una
vida de abnegación.
La
legislación india dice que cada viuda ha de recibir del estado unas 1.500
rupias, ley que la mayoría de las viudas desconoce y que el 95% de ellas jamás
llega a cobrar, además las viudas tienen legalmente todos los derechos sobre
las posesiones de los maridos, pero o no lo saben o no se atreven a reclamarlos.
Se calcula
que en la India hay unos 40.000.000 de mujeres viudas,
prácticamente muertas en vida, las cuales en su inmensa mayoría sobreviven de
la mendicidad.
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