Hace algún tiempo, os
publique un articulo que se quedo sin terminar, el artículo se llama “Cuevas de
Loltun”, mi idea cuando empecé a escribirlo fue comentar lo que le ocurrió
a Robert Stacy Judd en esta cueva, pero la cueva es por si sola tan interesante
que me extendí bastante en su simple descripción, entonces hoy toca esa segunda
parte del artículo inacabado.
Robert Stacy Judd, era un
ingles, nacido en Londres, en el año 1884, donde estudió arquitectura y
falleció en el año 1975.
Stacy era arquitecto,
diseñaba edificios utilizando el estilo de la arquitectura maya y azteca.
Su gran interés por la
cultura maya le llevo a escribir varios libros sobre el tema:
“Los antiguos mayas: Aventuras
en la selva de Yucatán”
“Atlantis: Mother of
Empires”.
Según Stacy la Atlántida está
situada en el Océano Atlántico, asegurando que esta sufrió tres inundaciones
importantes en el año 23000 antes de Cristo, en el año 14000 antes de Cristo y
en el año 9600 antes de Cristo.
Pero me he decidido a
escribiros sobre Stacy por las líneas que a continuación os expongo…
Robert Stacy
Judd, un notable arqueólogo (mas que arqueólogo, arquitecto interesado en la
cultura maya), de California, habla de haber estado en el Yucatán y haber
entrado en la estupenda ‘Cueva de Loltun’ con un grupo de seis investigadores.
Descendieron muy adentro en las profundidades de la Tierra y entonces se dieron
cuenta que estaban perdidos. Se quedaron muy preocupados cuando de pronto desde
lo más profundo llegó a ellos una luz. La luz se convirtió en una antorcha
llevada por un viejo ermitaño ciego que les dijo que les había visto con la
clarividencia y sabía que estaban perdidos. Incluso aún ciego, procedió a llevarles
de vuelta a la superficie de la Tierra.
Los hombres
estuvieron muy agradecidos y preguntaron al ermitaño que donde vivía. El ermitaño
les dijo que la cueva era su hogar y que salía a la superficie cada unos
cuantos meses. Cuando le preguntaron como sobrevivía, como encontraba comida y
agua para beber, dijo que le cuidaban los amigos que vivían en la hermosa
ciudad interior en las profundidades de la Tierra. Se detuvo el tiempo
suficiente para tomarle una foto, entonces desapareció de vuelta a la cueva.
Según
se cuenta en este texto, existe una fotografía del ermitaño, yo no la he
encontrado en internet.
También me pregunto yo, si
el ermitaño era ciego, para que necesitaría una antorcha, pero en fin, es lo
que cuenta el texto.
Ahora, suponiendo que la tierra
hueca exista realmente, estas cuevas, si que podrían ser una de sus entradas,
pero quién sabe si lo son o no…
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