Pero como no se trata
de no comer solo carne, ayer toco marisco.
Compramos cuatro
vieiras congeladas para estas navidades, pero se habían quedado olvidadas
dentro del congelador y ayer me dio por gastarlas.
También tenia
guardadas las conchas vacías, de otra ocasión que comimos vieiras, que para
hacer una presentación bonita sirven, por lo cual si os decidís a realizar esta
receta os recomiendo que después de comer las vieiras, limpiéis las conchas y las guardéis, para un
día que queráis hacer una receta con presentación especial.
Ahora pasamos a la
receta…
Ingredientes (2
personas)
4 vieiras congeladas
4 conchas vacías y
limpias, de vieiras que tengamos de otra ocasión.
1 tarro de robellones
en conserva
1 lata de espárragos
Salsa bechamel
Salsa romesco
Perejil
Sal
Pimienta
Queso rayado
4 dientes de ajo
Preparación:
Sin descongelar,
colocamos en la bandeja del horno las cuatro vieiras, salpimentandolas y les
colocamos sobre ellas un par de cucharadas de salsa bechamel.
Colocamos abundante
queso rallado sobre las vieiras.
Ponemos sobre cada
una de las cuatro vieiras una hojita de perejil.
Gratinamos a unos
180º unos hasta que se empiece a dorar el queso.
Mientras tanto,
pelamos y fileteamos los ajos.
Colocamos un buen
chorro de aceite de oliva en una sartén y sofreímos los ajos, hasta que
empiecen a tomar color.
Ponemos, junto con
los ajos, los robellones, que habremos dejado escurrir con anterioridad.
Salpimentamos, sin
abusar, las conservas suelen llevar sal.
Los sofreímos y
reservamos.
Ahora, sobre las
conchas que teníamos reservadas de otra ocasión, colocamos una generosa cucharada
sopera de salsa romesco, sobre ella colocamos los robellones con su aceite y sus
ajitos.
Si no tenemos las
conchas, pues colocamos dos cucharadas de salsa romesco directamente sobre el
plato y los robellones sobre ella.
Colocamos un
esparrago de lata en cada concha alrededor de los robellones.
Rociamos con un
picadillo de perejil fresco y colocamos dos conchas por comensal.
Cuando estén listas
las vieiras, las servimos en el mismo plato, donde hemos colocado las conchas
con los robellones, colocándoles también un esparrago de lata a cada vieira.
Y a la mesa, antes
que se nos enfríen.
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