domingo, 15 de marzo de 2015

Los arboles y la meteorologia



Un árbol es una planta perenne, de tallo leñoso, el cual se ramifica a una determinada altura del suelo, pudiendo ser sus hojas caducas o perennes.

Se cuenta, que los arboles atraen las nubes, aunque la realidad consiste en que las plantas absorben la humedad del suelo, durante la noche.

Cuando amanece, las plantas suelen  despertar mojadas, por una pequeñísimas gotas de agua, a estas gotas se las llama rocío.

Concretamente, el rocío consiste en un fenómeno físico meteorológico, por el cual la humedad del aire es condensada en forma de gotas de agua, a causa de una disminución brusca de temperatura o al entrar la humedad del aire en contacto con superficies frías.

Generalmente se habla de rocío cuando la condensación se produce sobre vegetales.

Pero lo que en realidad nos interesa saber es que las hojas sudan expulsando agua y oxigeno por sus poros, a estos poros se les denominan estomas.

Cuando el sol calienta las hojas, evapora esta agua, la cual forma nubes y posteriormente estas nubes generan lluvia.

En las zonas sin vegetación (desiertos por ejemplo), cuando llueve el agua corre libremente por el suelo, entonces el suelo no absorbe el agua, por lo cual no pueden generarse nubes, a causa de lo cual las lluvias son escasas o nulas.

También cuentan que los árboles atraen a los rayos, veamos el razonamiento.

Todos sabemos que los árboles son de madera y también sabemos que la madera es un aislante de la electricidad, entonces está claro que si un árbol es aislante no puede atraer a los rayos ¿o sí?

La realidad es otra, los árboles solitarios atraen a los rayos como si de un pararrayos se tratara.

Aunque la madera de los árboles no es conductora, en los árboles vivos, sus conductos internos, por los cuales circula la savia, conteniendo esta agua y sales minerales disueltas en ella, con esto se forman los iones perfectos para conducir la corriente eléctrica a través de este fluido, convirtiendo el árbol en un perfecto pararrayos.

A ello se le une que un árbol solitario es más alto que el entorno y además tiene muchos extremos, todo un apetitoso camino para la corriente.

Las nubes poseen cargas eléctricas negativas, por lo cual poseen más electrones que protones, por lo cual las nubes son inestables eléctricamente pues están deseosas de deshacerse de los electrones que les sobran.

En cambio el suelo es neutro, tiene tantas cargas positivas como negativas, entonces las nueves como quieren deshacerse de los electrones que les sobran descargan estos  en lo que más cerca encuentren, un árbol, la torre de una catedral o algún elemento metálico.

Cuando los electrones pasan de las nubes a la tierra, generan choques de las moléculas del aire por donde pasan, provocando altísimas temperaturas en el aire, provocando luz y sonido, incluso provocando que el árbol llegue a quemarse, si este ha sido el punto de descarga de los electrones de las nubes.

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