Seguimos preparando recetas espectaculares,
con poco trabajo, aunque la verdad, la foto no ha quedado nada bien, pero es la
foto que saque…
La “rosa” da la impresión de estar quemada por
lo negro de la corteza de la berenjena, ayudada por la luz y el plato a dos
colores por la sombra… toda una foto de experto fotógrafo…
Pero bueno, lo interesante, es lo que hay
dentro del plato.
Ingredientes
(2 personas):
1
berenjena cortada a rodajas
2
patatas medianas
3
huevos
Sal
Tomates
cherrys, previamente horneados hasta que estén tiernos, sobrantes de otra
receta.
Preparación:
En primer lugar, cortamos a rodajas finas la
berenjena y la salamos.
La freímos en abundante aceite hasta que este
tierna y reservamos, escurriéndola sobre papel de cocina, para que suelte el
excedente de aceite.
Ahora sobre un molde de magdalena de silicona,
previamente aceitado, vamos colocando la mitad de las rodajas de berenjena,
formando una especie de rosa.
Hacemos lo mismo con otro molde y el resto de
la berenjena.
Batimos los huevos, los salamos y repartimos
los huevos batidos en ambos moldes.
En el centro decoramos con unos tomates
cherrys previamente horneados.
Introducimos en el horno a partir de horno
frío a unos 160º hasta que el huevo cuaje.
Mientras se nos cuaja el huevo, pelamos,
lavamos y cortamos unas patatas, introduciéndolas en la freidora.
Escurrimos las patatas y cuando el huevo de
nuestras rosas negras, este cuajado, desmoldamos y montamos el plato.
Colocamos la rosa en el centro, a uno de sus
lados los tomates asados en frio y las patatas fritas al otro lado.
La diferencia de temperatura de los tomates y
la explosión de líquido del tomate en la boca es toda una experiencia para el
paladar.
Las rosas las había visto dulces, pero saladas nunca y me parecen de lo mas originales para utilizar como guarniciones.
ResponderEliminarBss
Cuando sobran verduras, hay que buscarse maneras para no aburrirlas...
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