Continuamos realizando quesos caseros, aunque en esta ocasión, lo realizaremos sin utilizar el microondas y necesitaremos un termómetro de cocina, para controlar que la leche no nos entre en ebullición.
Ingredientes para un
queso de unos 250 g):
1 l de leche
2 cucharaditas de orégano
1 limón (su zumo
colado)
Colorante amarillo (o
del color que deseéis)
Preparación (30
minutos):
Con solo estos ingredientes tenéis de sobra para preparar un queso fresco casero, que será la admiración de vuestros comensales.
Colocamos en una olla la leche, el orégano y la calentamos hasta llegar a unos 80 grados (no hace falta una gran precisión en la temperatura, simplemente es necesario que no hierba la leche).
Añadimos el zumo de limón, removemos, tapamos la olla, apagamos el fuego y dejamos enfriar.
Para separar el suero del cuajo utilice un recipiente de silicona preparado para hacer queso al microondas, la ventaja de mi recipiente es que posee su propio colador que se utilizara posteriormente como molde, pero sirve cualquier colador de cocina con agujeros finitos.
Se puede colocar peso encima para acelerar la eliminación del suero de nuestro queso, si no ponemos peso, es cuestión de paciencia el esperar que el queso vaya soltando el suero y cuajándose.
Podemos guardar el suero (el agua sucia que acompaña los grumos de leche) para hacer bizcochos o magdalenas (les da una jugosidad muy especial) o simplemente desechamos el suero por la fregadera.
Cuando el queso está lo suficientemente duro para nuestro gusto, guardar en el frigorífico y degustar.
No olvidar ir eliminando el suero que vaya soltando periódicamente.
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