lunes, 9 de enero de 2017

Neurosis II


En el año 1.769 William Cullen, bautizo a esta enfermedad que produce trastornos sensoriales y motores, generada por el sistema nervioso.

En psicología clínica, se refiere a trastornos mentales, los cuales distorsionan el pensamiento racional y las relaciones a nivel social, familiar y laboral.

La neurosis consiste en una alteración de la mente que se caracteriza por un alto grado de ansiedad.

El miedo y las obsesiones, relacionadas con factores conflictivos personales o ambientales, dominan al afectado y le generan un verdadero padecimiento psíquico.

El uso popular del término, lo define como sinónimo de obsesión, excentricidad o nerviosismo.

El pensamiento neurótico, consiste en un conjunto de diversos errores de la mente, unido a los resultados de dichos errores, lo cual hace la pelota cada vez un poco más gorda.

Las personas hipersensibles están predispuestas a sufrir neurosis, al padecer una gran emotividad, suelen padecer sentimientos de culpabilidad, les afectan muchos las tensiones emocionales y las situaciones impactantes (disgustos, peleas, accidentes…).

Suelen dar mucha importancia a hechos a situaciones poco importantes, pero que ellos les dan una importancia exagerada.

El pensamiento correcto y lúcido nos afirma nuestra personalidad, nos hace relacionarnos correctamente y nos hace sentirnos bien.

El pensamiento neurótico, consiste en un pensamiento incorrecto, a la vez que oscurecido por los errores de la mente, puesto que estos errores no dejan ver la realidad con claridad por lo cual se reacciona incorrectamente.

Las causas del pensamiento neurótico, son debidas al incorrecto desarrollo de la persona, el centro del problema hay que buscarlo en el subconsciente donde los automatismos mentales imperan.

La mayoría de las personas no tienen una mente completamente desarrollada (todos tenemos zonas erróneas en nuestra mente), estos errores van fragmentando el ego, pero si la persona en cuestión es inmadura y fragmentada, tiene conflictos internos y contradicciones, todo esto es un perfecto caldo de cultivo para detener su autodesarrollo, y sus fuerzas se quedan divididas.

Cuando los conflictos interiores de la mente se acentúan, la persona puede llegar a sentir ansiedad, abatimiento, angustia…

Cuando una persona no está con su mente bien amueblada, sus vínculos afectivos serán insanos, pudiendo desarrollarse tanto el sentimiento del despego, como el de docilidad, el de dominio, o una mezcla de todos ellos.

Si la mente no se consigue ordenar y dominar, aparecen también los sentimientos de inseguridad, miedo, hostilidad, angustia, desconcierto y malestar.

Cuando tenemos toda esta amalgama de sentimientos es cuando aparecen las tendencias neuróticas.

Cuando la persona neurótica, intenta reconducirse y solucionar todos estos errores mentales, normalmente sus soluciones suelen ser inmaduras y neuróticas.

Algunas personas neuróticas, intentan afirmar su personalidad mostrando su deseo de poder y agresividad, otros su inclinación a depender de los demás, otros se muestran arrogantes y déspotas, otros se recubren de frialdad con el mundo, otros buscan la fama y la gloria, otros se inventan un yo ideal, anulando su propio yo real, etc.

Estas personas en unos casos se apoyan en la autocomplacencia, mientras otras se auto exigen, pero ninguna de estas tendencias son reflexivas, ni maduras, consisten en simples reacciones compulsivas e inevitables para estas personas.

Para solucionar la neurosis es necesario reeducar el pensamiento, aprender a dirigir la mente, en lugar de dejarla reaccionar a ella solita con su automático.

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