El tema de hoy, tratara sobre un
viejo texto funerario del enigmático Antiguo Egipto.
Para conocer este texto nos
trasladaremos a la ciudad de Tebas, hacia aproximadamente el año 1.650 antes de
Cristo, donde se cree que comenzó su escritura, siendo su contenido utilizado
para ayudar a los muertos a superar el juicio de Osiris (dios egipcio de la
resurrección), también se utilizaba para asistir a los difuntos en su viaje a
través de la Duat (inframundo de la mitología egipcia), e incluso ayudarles a
viajar al Aaru (la campiña donde reinaba Osiris junto con otros dioses).
Los primeros textos funerarios,
fueron los textos escritos en las pirámides que se utilizaron por vez primera
en la pirámide de Unis, último faraón de la dinastía V.
Estos textos se escribían en las
paredes interiores de la cámara sepulcral de las pirámides y era de uso
exclusivo del faraón.
A partir de la dinastía VI también
se permitían estas escrituras en la tumba de la consorte del faraón.
La principal misión de estos textos
consistía, en ayudar al faraón a ocupar su puesto entre los dioses.
Los primeros textos conocidos, con
los hechizos que forman el Libro de los Muertos, aparecen alrededor del año
1.650, antes de Cristo en el sarcófago de la reina Montuhotep.
Más tarde, estos textos dejaron der
un privilegio de los faraones, siendo también adoptados por otros gobernantes y
funcionarios de elevado rango, apareciendo estos textos generalmente sobre los
sudarios de lino.
Otros difuntos comenzaron a partir
del Tercer Periodo Intermedio (años 1.070 a 650 antes de Cristo), a utilizar
también otros textos como los contenidos en el Libro del Amduat.
Durante las dinastías XXV y XXVI,
fueron revisados y numerados los sortilegios contenidos en el Libro de los
Muertos.
También, posteriormente aparecieron
otros textos funerarios, tales como los Libros de las Respiraciones o el Libro
del Recorrido de la Eternidad.
A partir del siglo I antes de
Cristo, comenzó a dejar de utilizarse el Libro de los Muertos.
Aunque modernamente, este texto es
conocido como el Libro de los Muertos, es traducido por los egiptólogos como
“Libro de la Salida al Día o Libro de la Emergencia”.
Parte del Libro de los Muertos,
está compuesto por los escritos funerarios escritos en las pirámides y
sarcófagos egipcios, en lugar de haber sido recopilados de papiros.
Otros textos, que componen el Libro
de los Muertos, proceden de antiguos textos del tercer milenio antes de Cristo.
Otras fórmulas mágicas fueron
escritas posteriormente, perteneciendo a los siglos XI – VII antes de Cristo.
Los capítulos del Libro de los
Muertos, continuaron escribiéndose en
las paredes de las tumbas y en el exterior de los sarcófagos, incluso siendo
introducido el libro, en el interior del sarcófago o la tumba.
No existe un único Libro de los
Muertos, las papiros que han sobrevivido al tiempo, difieren muchos unos de
otros, siendo un libro escrito en jeroglíficos o escritura helénica, en rollos
de papiros, donde se escribían los textos más importantes, elegidos probablemente por el difunto y habitualmente,
ilustrados con viñetas que representan al difunto y su viaje al más allá.
El Libro de los Muertos, está
compuesto por toda una serie de textos o sortilegios individuales, acompañados
de ilustraciones.
En la actualidad conocemos 192
sortilegios, con la particularidad que ningún Libro de los Muertos los contiene
todos.
Tanto los textos como las imágenes
del Libro de los Muertos, están íntimamente ligados tanto a los rezos como a la
magia.
Las creencias de los egipcios,
afirmaban que los jeroglíficos fueros inventados por el dios Tot (dios de la
sabiduría, la escritura, la música, los conjuros, hechizos mágicos y símbolo de
la Luna), por lo cual los jeroglíficos gozaban de poder, transmitiendo estos
toda la fuerza del sortilegio.
Aunque el Libro de los Muertos,
cada uno de sus ejemplares es un libro único, cada uno de sus ejemplares tenía
su propia estructura y solo después del Periodo Saita (dinastía XXVI), se
organizaron sus sortilegios en cuatro
secciones:
La primera sección, comprende los
sortilegios 1 al 16, que tratan de cuando el difunto entra en la tumba, baja a
los infiernos, donde su cuerpo recupera el movimiento y el habla.
La segunda sección, contiene los
sortilegios 17 al 63, donde se explica el origen mítico de los dioses y los
lugares, obligando a los muertos a vivir nuevamente, para que puedan nacer con
el sol de la mañana.
La tercera sección, está formada
por los sortilegios 64 a 129, que es cuando los muertos viajan por el cielo, en
el arca solar como muertos benditos, a la noche bajan a inframundo a
presentarse ante Osiris.
La cuarta y última sección,
comprende los sortilegios 130 al 189, se refieren a cuando el muerto asume el
poder en el universo, siendo uno más entre los dioses, aquí también podemos
encontrar sortilegios sobre amuletos.
La primera copia moderna del libro
de los muertos, se realizo en el año 1.805, incluyéndose en la Description de
l’Égipte de una expedición de Napoleón.
En el año 1.822, Jean Francois
Champollion, comenzó la traducción del Libro de los Muertos identificándolo
como un ritual funerario.
En año 1.842, Karl Richard Lepsius,
publico la traducción del Libro de los Muertos, bajo el titulo Das Todtenbuch
der Ägypter (El Libro de la Muerte de los Egipcios).
En la actualidad el número de
sortilegios contenidos en el Libro de los Muertos que se conocen ascienden a
192.
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