Estas
dos rodajas de calabaza son de las que llevaban semillas, por lo tanto les
quedo el centro vacío y es justamente lo que me interesaba a mí, para meterle
un huevo en cada agujero.
El
experimento quedo como veis, aunque sigo arrepintiéndome cada vez que meto algo
en el horno… me morí de asco esperando que el huevo se cuajara… menos mal que
la calabaza estaba cocida…
Pero
aunque al final se me cuajo la yema, con lo que me gusta mojar sopitas… el
resultado quedó bastante apetecible.
Ingredientes (2 personas):
2 rodajas de calabaza
2 huevos
Queso rallado
Canónigos
Aceite
Preparación:
Utilicé
los restos de una calabaza entera que coci, con anterioridad al vapor, pero si
la tenéis sin cocer, ya que encendéis el horno, se puede aprovechar a hacer la
calabaza en el horno, que seguro que queda más rica que al vapor.
Se
quita la piel de la calabaza, se retiran las semillas y se hornea hasta que
empiece a estar tierna.
En
ese momento colocamos un huevo crudo en el centro de la calabaza (donde estaban
las semillas), salamos abundantemente (la calabaza es dulzona) y cubrimos de
queso rallado.
Horneamos
hasta que se cuaje el huevo.
Antes
de servir decoramos con unas hojitas de canónigos.
Se
riegan los canónigos con aceite de oliva.
Como
no es habitual tener canónigos, cualquier tipo de lechuga también sirve.
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