En primer lugar, muchos de nosotros hemos de saber que es un cetáceo, todos conocemos a las
ballenas y los delfines, pero la palabra cetáceo es más desconocida.
Ciertamente este (junto con otros muchos), es un artículo
que tengo pendiente de escribir hace varios meses, pero son demasiados los
temas que tengo pendientes sobre los cuales me gustaría escribir, pero eso es
un problema que tendré, creo, hasta que me aburra de escribir artículos.
Concretamente solo escribiendo sobre los cetáceos tendríamos
tema para varios artículos, pero en esta ocasión mi intención es saber el
motivo por el cual aparecen varados los cetáceos en algunas playas
habitualmente, no explicar con detalle la vida de estos animales, ni sus
características.
Los cetáceos son unos grandes animales marinos,
pertenecen al orden de los mamíferos placentarios y viven exclusivamente en el
agua, sin necesidad de estar en la tierra para parir a sus crías.
A los cetáceos pertenecen las ballenas, los delfines y
las marsopas (una especie de delfín pequeño).
El orden de los mamíferos placentarios de subdividen en
dos subórdenes, las ballenas que se alimentan filtrando su alimento con sus
barbas (Misticeti), y los mamíferos que son cazadores provistos de dentición
homodonte (Odontocelli).
Visto muy vagamente que son los cetáceos, vamos a
intentar comprender por qué en ocasiones aparecen embarrancados en las playas manadas completas de delfines y ballenas,
hasta acabar pereciendo.
Es habitual que en aguas de Australia, Sudáfrica, Nueva
Zelanda o América del Sur, lleguen cada año un buen número de ballenas, en los
meses menos fríos para aparearse, hasta aquí nada anormal, lo anormal, consiste
en que estos animales terminen varados en las costas masivamente, cosa que
últimamente ha ocurrido demasiado habitualmente.
En Argentina, en el Golfo de San Jorge, en la provincia
de Chubut, el espectáculo de la concentración de ballena atrae alrededor de
100.000 turistas para verlo, pero en ocasiones, la vista de este espectáculo
termina en tragedia, muchas de estas ballenas, en ocasiones, acaban varadas en
la arena, lugar del cuál difícilmente se las puede hacer regresar a mar
abierto, a causa de lo cual terminan pereciendo.
Desde el año 1840 se han contabilizado más de 5.000
encallamientos de ballenas y delfines en las costas neozelandesas.
2 de febrero de 2010, en la península de Banks (Nueva
Zelanda), una cincuentena de ballenas piloto, aparecen varadas, se consiguió
reflotar a 35 de ellas.
20 de agosto del 2010, en Nueva Zelanda, en la playa
Karikari, se avistaron 58 ballenas varadas, cuando llegaron los servicios de
rescate para intentar ponerlas de nuevo a flote solo sobrevivían 15 de ellas.
Año 1991, mas de 400 ballenas piloto, se quedaron varadas
en Punta Tafor, en el Golfo de San Jorge (Argentina).
11 de septiembre de 2010, en una playa del Sur de Brasil
aparece encallada una ballena de casi 16 metros de longitud, la cual termina
siendo sometida a eutanasia para que el animal no continúe su agonía.
22 de febrero del 2011, en una playa de Wellington (Nueva
Zelanda), aparecen una centena de ballenas varadas (107).
28 de diciembre del 2012, en la playa de Breezy Point
(Nueva York), muere encallada una ballena de más de 18 metros de longitud.
22 de septiembre del 2013, unas treinta ballenas terminan
varadas en una playa del estado de Río Grande do Norte (Brasil), la mayoría
fueron salvadas por decenas de personas, aunque seis de ellas encontraron la
muerte.
Estos casos son solo a modo de ilustración, existen
muchos más casos.
Las causas posibles son diversas, algunas aún
indeterminadas.
-Topografía compleja de las costas.
-Cambios bruscos de las condiciones oceánicas.
-Cambios en las condiciones climáticas.
-Disturbios geomagnéticos.
-Accidentes persiguiendo presas.
-Accidentes escapando de predadores.
-A causa de toxinas naturales.
-Por la contaminación antrópica (contaminación de coches,
industria, calefacción…).
-Contaminación sonora (los sonares de los barcos
especialmente).
-Otras.
Los cetáceos suelen tener un líder en el grupo, y todo el
grupo sigue al líder, si el líder se equivoca, los demás le acompañan.
El motivo de la “equivocación” del líder, puede ser que
algún sonido (sonares de los barcos), interfiera su sistemas de orientación por
ultrasonidos.
Un motivo más lógico desde mi inexperto punto de vista,
podría ser los sonares antisubmarinos de los buques de guerra, pero esto no
creo que explique todos los varamientos.
Según una investigación llevada a cabo por el Instituto
de Biología Marina de Hawai con un delfín cautivo, al cual le sometieron a pruebas
de sonar, este perdió la audición y su sistema de geolocalización dejo de
funcionar durante 40 minutos.
En las pruebas, era necesario mantener el sonar dos
minutos en marcha, para alterar al delfín, la respuesta que se supone a
cualquier cetáceo tras esos dos minutos seria alejarse del sonido, el cual
primero lo asustaría, le generaría pánico y la haría huir desesperadamente.
También, biólogos del Instituto Oceánico de Escocia,
mientras realizaban un seguimiento a ballenas azules, comprobaron que la recepción
de impulsos sonoros, por parte de las ballenas, les hacían abandonar lugares
llenos de comida y en los peores casos hacerlas vararse en alguna playa
encontrando la muerte.
El profesor Chris Parsons de la Universidad George Mason
(Estados Unidos), también acusa a los sonares de la armada de los varamientos
de cetáceos, podéis comprobarlo en su libro “Sonar de la Armada y cetáceos”.
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