miércoles, 12 de julio de 2017

Cetáceos varados ¿por qué?


En primer lugar, muchos de nosotros hemos de saber  que es un cetáceo, todos conocemos a las ballenas y los delfines, pero la palabra cetáceo es más desconocida.

Ciertamente este (junto con otros muchos), es un artículo que tengo pendiente de escribir hace varios meses, pero son demasiados los temas que tengo pendientes sobre los cuales me gustaría escribir, pero eso es un problema que tendré, creo, hasta que me aburra de escribir artículos.

Concretamente solo escribiendo sobre los cetáceos tendríamos tema para varios artículos, pero en esta ocasión mi intención es saber el motivo por el cual aparecen varados los cetáceos en algunas playas habitualmente, no explicar con detalle la vida de estos animales, ni sus características.

Los cetáceos son unos grandes animales marinos, pertenecen al orden de los mamíferos placentarios y viven exclusivamente en el agua, sin necesidad de estar en la tierra para parir a sus crías.

A los cetáceos pertenecen las ballenas, los delfines y las marsopas (una especie de delfín pequeño).

El orden de los mamíferos placentarios de subdividen en dos subórdenes, las ballenas que se alimentan filtrando su alimento con sus barbas (Misticeti), y los mamíferos que son cazadores provistos de dentición homodonte (Odontocelli).

Visto muy vagamente que son los cetáceos, vamos a intentar comprender por qué en ocasiones aparecen embarrancados en las playas  manadas completas de delfines y ballenas, hasta acabar pereciendo.

Es habitual que en aguas de Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda o América del Sur, lleguen cada año un buen número de ballenas, en los meses menos fríos para aparearse, hasta aquí nada anormal, lo anormal, consiste en que estos animales terminen varados en las costas masivamente, cosa que últimamente ha ocurrido demasiado habitualmente.

En Argentina, en el Golfo de San Jorge, en la provincia de Chubut, el espectáculo de la concentración de ballena atrae alrededor de 100.000 turistas para verlo, pero en ocasiones, la vista de este espectáculo termina en tragedia, muchas de estas ballenas, en ocasiones, acaban varadas en la arena, lugar del cuál difícilmente se las puede hacer regresar a mar abierto, a causa de lo cual terminan pereciendo.

Desde el año 1840 se han contabilizado más de 5.000 encallamientos de ballenas y delfines en las costas neozelandesas.

2 de febrero de 2010, en la península de Banks (Nueva Zelanda), una cincuentena de ballenas piloto, aparecen varadas, se consiguió reflotar a 35 de ellas.

20 de agosto del 2010, en Nueva Zelanda, en la playa Karikari, se avistaron 58 ballenas varadas, cuando llegaron los servicios de rescate para intentar ponerlas de nuevo a flote solo sobrevivían 15 de ellas.

Año 1991, mas de 400 ballenas piloto, se quedaron varadas en Punta Tafor, en el Golfo de San Jorge (Argentina).

11 de septiembre de 2010, en una playa del Sur de Brasil aparece encallada una ballena de casi 16 metros de longitud, la cual termina siendo sometida a eutanasia para que el animal no continúe su agonía.

22 de febrero del 2011, en una playa de Wellington (Nueva Zelanda), aparecen una centena de ballenas varadas (107).

28 de diciembre del 2012, en la playa de Breezy Point (Nueva York), muere encallada una ballena de más de 18 metros de longitud.

22 de septiembre del 2013, unas treinta ballenas terminan varadas en una playa del estado de Río Grande do Norte (Brasil), la mayoría fueron salvadas por decenas de personas, aunque seis de ellas encontraron la muerte.

Estos casos son solo a modo de ilustración, existen muchos más casos.

Las causas posibles son diversas, algunas aún indeterminadas.

-Topografía compleja de las costas.
-Cambios bruscos de las condiciones oceánicas.
-Cambios en las condiciones climáticas.
-Disturbios geomagnéticos.
-Accidentes persiguiendo presas.
-Accidentes escapando de predadores.
-A causa de toxinas naturales.
-Por la contaminación antrópica (contaminación de coches, industria, calefacción…).
-Contaminación sonora (los sonares de los barcos especialmente).
-Otras.

Los cetáceos suelen tener un líder en el grupo, y todo el grupo sigue al líder, si el líder se equivoca, los demás le acompañan.

El motivo de la “equivocación” del líder, puede ser que algún sonido (sonares de los barcos), interfiera su sistemas de orientación por ultrasonidos.

Un motivo más lógico desde mi inexperto punto de vista, podría ser los sonares antisubmarinos de los buques de guerra, pero esto no creo que explique todos los varamientos.

Según una investigación llevada a cabo por el Instituto de Biología Marina de Hawai con un delfín cautivo, al cual le sometieron a pruebas de sonar, este perdió la audición y su sistema de geolocalización dejo de funcionar durante 40 minutos.

En las pruebas, era necesario mantener el sonar dos minutos en marcha, para alterar al delfín, la respuesta que se supone a cualquier cetáceo tras esos dos minutos seria alejarse del sonido, el cual primero lo asustaría, le generaría pánico y la haría huir desesperadamente.

También, biólogos del Instituto Oceánico de Escocia, mientras realizaban un seguimiento a ballenas azules, comprobaron que la recepción de impulsos sonoros, por parte de las ballenas, les hacían abandonar lugares llenos de comida y en los peores casos hacerlas vararse en alguna playa encontrando la muerte.

El profesor Chris Parsons de la Universidad George Mason (Estados Unidos), también acusa a los sonares de la armada de los varamientos de cetáceos, podéis comprobarlo en su libro “Sonar de la Armada y cetáceos”.

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