He
encontrado una calabaza, criada en una maceta de casa, perdida junto a las
patatas y a las cebollas, pues he cocido la mitad, la otra mitad se la dejo
para que se pelee con ella la mujer.
Realmente
se trata de una receta bastante simple y de agradable sabor, os la recomiendo.
Ingredientes
(2 personas)
1 calabaza
4
huevos
2
cucharadas soperas de salsa romesco
Aceite
de oliva
½
pastilla de concentrado de caldo
Queso
rallado
Perejil
fresco para decorar
Preparación:
Quitamos
la corteza a la calabaza y la troceamos a taquitos quitándole también las
semillas.
La
introducimos en agua que la cubra con un generoso chorro de aceite de oliva y
la media pastilla de concentrado de caldo, dejando cocer hasta que este muy
tierna.
Cuando
esta muy tierna la calabaza, la pasamos por la batidora en la misma cazuela
donde la hemos cocido, junto con su caldo y al batirla nos quedara una cremita
espesita.
Si
nos queda mucha calabaza, podemos utilizarla para futuras recetas.
De
momento, introducimos un par de cazos de esta crema en platos individuales y
los mezclamos con una cucharada generosa de salsa
romesco.
En
un recipiente batimos 2 huevos por comensal y mezclamos con la calabaza y el
romesco.
Introducimos
en el horno a 180 grados hasta que espese (alrededor de 40 minutos, dependiendo
del horno, el mio va a pedales).
Cuando
vemos que esta cuajadita, con una textura tipo soufflé, colocamos sobre ella el
perejil muy picadito y el queso rallado.
Gratinamos
durante unos 10 minutos y a chuparse los dedos.
Aconsejo
acompañar de una ensaladita similar a la de la foto.
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